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El balcón de un apartamento ubicado en el tercer piso de un edificio se desplomó este domingo en el capitalino municipio de Centro Habana, sin reportarse hasta el momento víctimas mortales ni lesionados.
El derrumbe de la estructura ocurrió tarde en la noche, según declararon vecinos al diario independiente 14yMedio.
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Con el desplome del balcón del tercer piso del inmueble también se dañó el de la segunda planta, ocasionando severos daños en la estructura, comentaron los vecinos a la publicación. El edificio se encuentra ubicado en el número 403 A, en la esquina de Manrique y San Rafael, en el barrio de San Leopoldo.
El incidente no ocasionó pérdidas mortales ni heridos, a pesar de que el lugar es un área muy transitada de la capital. Esto pudo deberse a las medidas decretadas por las autoridades sanitarias de La Habana hace meses, que prohíben la circulación de peatones o pasajeros por la vía pública desde las 9 de la noche hasta las 5 de la mañana.
En mayo de este año un residente del municipio Centro Habana resultó herido tras el derrumbe de su propio balcón interior, cuando se disponía a tender ropa lavada.
En declaraciones a Diario de Cuba, José Ángel Salgado explicó que sobrevivió “porque cayó sobre los escombros”, no obstante, sufrió heridas severas en ambas piernas.
El suceso más trágico de todos los acontecidos en los últimos años corresponde al fallecimiento de tres niñas, víctimas del desplome de un balcón, en enero de 2020.
La muerte de las tres menores, de entre 10 y 11 años, fue el trágico saldo de un derrumbe en las calles Revillagigedo y Vives, en el barrio de Jesús María, en La Habana Vieja. Las niñas recién regresaban de su escuela, sobre las 4 de la tarde, cuando la estructura se precipitó sobre ellas.
Tanto Centro Habana como La Habana Vieja concentran el mayor número de derrumbes de inmuebles residenciales en la capital. Edificios multifamiliares construidos a inicios del siglo XX albergan, en muchas ocasiones, el doble de las personas que pudiera admitir su capacidad.
El profundo deterioro de las viviendas en estos municipios es el resultado de años de abandono institucional, así como de la insuficiencia inmobiliaria que padece La Habana, fenómeno que obliga a varios núcleos familiares a compartir un mismo techo.
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