Una familia de San Antonio de los Baños, en la provincia de Artemisa, lloró y enterró a un cadáver equivocado, en medio del caos sanitario por la pandemia del coronavirus en Cuba.
Una mujer de ese municipio del occidente cubano, identificada en Facebook como Mildre Insua, denunció las negligencias del personal que atiende a los fallecidos por COVID-19, y entre enojo y desesperación dijo que le entregaron un cadáver que no era el de su abuela.
"Me entregaron un cadáver que no era mi abuela, Dios mío, la lloramos y le dedicamos toda la familia el descanso en paz y resulta que al llegar a casa nos llega la verdadera familia del ser que enterramos y mi abuela, que pensamos que estaba allí, aún (permanecía) en la morgue", contó.
"Qué dolor tan grande, qué sufrimiento, y quién me responde por esto, NADIE, NADIE. Amigos les pido que como le sucedió a mi familia les puede pasar a la de ustedes y les digo de todo, duele amigos, duele", afirmó desesperada.
Dijo que hubo que desenterrar el cadáver que presuntamente pertenecía a la abuela, y que en realidad era el de un hombre llamado Roberto Lázaro Rodríguez, cuya familia está también devastada por esa situación.
"Y después desenterrar y enterrar a mi abuela, miren qué dolor para las dos familias, Roberto Lázaro Rodríguez y mi linda abuela María Magdalena Almira, te amo y te amamos Mimi", expresó la mujer.
En los comentarios del post varias personas confirman que los muertos por COVID-19 son entregados a sus familias en ataúdes cerrados, lo cual impide la verificación de la víctima.
En enero pasado otra cubana denunció que el personal del Hospital Nacional en La Habana cometió una negligencia médica muy grave al entregarle un cadáver que no era el de su fallecido padre.
Esa vez, una trabajadora social le informó el 25 de enero a la mujer que su papá había fallecido a causa de una insuficiencia respiratoria el día 21.
La hija se apresuró al hospital para reconocer el cuerpo ese mismo día, pues su padre se encontraba indocumentado en el hospital. Allí le comunicaron que debía esperar a ver el cadáver en la funeraria, y observó que el acta de defunción de su padre, encima de la mesa, informaba que este había fallecido el 23 de enero y no el 21, por lo que empezó a sospechar.
Después de hacer todos los trámites y esperar por horas en la funeraria, pudo comprobar que el cuerpo que le habían entregado no era el de su padre, sino el de otro señor fallecido por esas mismas fechas.
El post de Insua ha generado indignación en la red social, donde muchos han dejado comentarios como estos: "Cuánta desvergüenza, ni pudor tienen con nuestros familiares ni aún estando vivos ni después de muertos pueden descansar en paz, te acompaño en tu dolor" y "Es terrible lo que está pasando en este país no hay conciencia ni vergüenza, y dignidad menos todavía".
Actualmente Cuba vive el peor pico pandémico del COVID-19, con casi un centenar de muertos diarios reconocidos oficialmente, aunque reportes de medios locales indican que el número es mucho mayor.
Solo este viernes el país reportó 77 decesos y 6,277 nuevos contagios, una situación que mantiene los hospitales del país colapsados.
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