La publicación de imágenes promocionales del complejo hotelero Sol Palmeras en Varadero, en la que se ven a turistas extranjeros disfrutando de cocteles en la playa, sin guardar distancia de seguridad ni usar mascarillas, provocó la reacción indignada de muchos cubanos en redes sociales.
En medio del peor pico de coronavirus registrado en la isla desde que comenzó la pandemia, las instalaciones hoteleras cubanas promueven la afluencia de turistas extranjeros con imágenes que dejan mucho que desear en cuanto al cumplimiento de los protocolos sanitarios adoptados por las autoridades sanitarias del país.
“El empleado exponiéndose y si se contagia llevándolo a su lugar de residencia y familia. Así fue como se regó el contagio a Cárdenas y vean lo que costó, y está costando”, consideró un usuario de Facebook en la publicación de las imágenes de los turistas en Varadero, recogidas en las redes sociales de CiberCuba, en las que se ve a un empleado preparando cócteles en la playa.
“¡Qué ricura, sin nasabuco, todos juntos ahí y nadie les pone multas ni los condena por propagación de epidemia! Y el cubano obstinado, sin poder ir a un río siquiera. Si te cogen sin nasabuco, una multa de 1000 pesos; y si estás en grupo, te guardan sin ver el sol por un tiempo”, lamentó otro internauta indignado por las imágenes.
“Y el COVID-19, feliz y contento: más cubanos para el hueco, niños, embarazadas y todo el mundo, juntos para el hueco… En cuba jamás se va a acabar el COVID-19. Los que tienen que cuidarse son los cubanos, y protegerse”, añadió el comentarista, uno de los casi 800 cubanos que han expresado los sentimientos y reflexiones que le provocaron las imágenes.
“Por eso no se acaba el virus en Matanzas”, opinó otro de los usuarios de las redes sociales. Su parecer es el de muchos cubanos que también han criticado en varias ocasiones las imágenes publicitarias de turistas en Varadero, utilizadas por las autoridades para promover la afluencia de turistas extranjeros a una isla que presentan como de bajo riesgo epidemiológico, además de potencia médica.
A comienzos de julio, imágenes publicadas en perfiles de redes sociales, mostraban a turistas procedentes de Rusia y Canadá, hospedados en instalaciones del balneario cubano de Varadero, disfrutando a lo grande en la provincia con mayor número de contagios del país.
Mientras en Matanzas se registraba el colapso de sus infraestructuras sanitarias y un creciente y alarmante número de contagios, en las imágenes de su estancia en Cuba se veía a los viajeros paseando en yates de motor, rodeados de personas, o disfrutando de la música de soneros cubanos que no respetan la distancia recomendada por las autoridades sanitarias para evitar la propagación del virus ni se les ve usar mascarilla.
El incumplimiento por parte de los turistas de los protocolos que las autoridades dictan para los cubanos, preocupa a los ciudadanos por la cantidad de empleados del sector que luego de su trabajo regresan a casa y pueden contagiar a sus familiares y amigos. Tampoco se entiende que el incumplimiento de esas medidas se castigue en el caso de los cubanos y no en el de los extranjeros.
Por su parte, las autoridades cubanas no han informado si los trabajadores del turismo que atienden a estos grupos de extranjeros han sido inmunizados previamente con los candidatos vacunales cubanos, o si están tomando medidas sanitarias excepcionales para evitar la propagación.
“¿Ahí no hay COVID-19, o es que los únicos que los transmiten somos los cubanos del exterior?”, preguntó otro de los usuarios, haciendo referencia a las medidas adoptadas por las autoridades para evitar la propagación del virus y que obligan a los viajeros cubanos que regresan del extranjero a pasar una cuarentena rigurosa en los hoteles, sin abandonar su habitación. Además, a inicios de julio, el gobierno cubano suspendió la entrada de turistas nacionales a los hoteles en Varadero, según reportaron fuentes oficialistas.
“Miren esto; y el pueblo muriendo por culpa de la dictadura que no hace nada por ellos. A la vez la dictadura buscando dólares para los bolsillos de ellos. Para eso no hay bloqueo porque ahí sí que hay de todo, en los hoteles. Y el pueblo sin comida y estando en la miseria”, indicó una internauta, una idea que repitieron muchos otros indignados por la irresponsabilidad del régimen.
La situación no es nueva y refleja el dilema en el que se encuentra el régimen cubano, necesitado in extremis de la llegada del turismo internacional a los hoteles cogestionados por los militares cubanos y hoteleras extranjeras, como Meliá; al mismo tiempo que intenta controlar la propagación de diferentes variantes y cepas del virus en la isla para normalizar la situación y reactivar una economía altamente dependiente del turismo.
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