La Sociedad Venezolana de Infectología expresó este lunes su preocupación por el uso en la población venezolana de las vacunas cubanas Soberana y Abdala, sin que estas cuenten con aval científico fuera del concedido por las autoridades de la isla.
En un comunicado, los especialistas reiteraron que las dosis no deben administrarse como parte de un esquema de vacunación masiva. “Genera aún mayor preocupación el anuncio del probable uso de estos candidatos vacunales en la población pediátrica como están haciendo Cuba y Nicaragua”, advirtió.
“En el mundo son pocas las vacunas contra COVID-19 que están en uso actual bajo la autorización de reconocidas agencias regulatorias internacionales y nacionales. Estos biológicos han seguido los protocolos habituales de investigación, y es así que han demostrado eficacia y seguridad en diversos estudios multicéntricos, con resultados publicados en revistas internacionales; a pesar de ello, en múltiples países se sigue evaluando su efectividad y seguridad con su uso masivo”, expresa el comunicado.
“La posición reiterativa de la Sociedad Venezolana de Infectología, es que la selección y uso de las vacunas contra COVID-19 en Venezuela debe fundamentarse en aspectos técnicos, científicos, factibilidad, costos, número de dosis, entre otros elementos; y debemos buscar altas coberturas en los adultos con vacunas eficaces y seguras antes de considerar la vacunación a nivel pediátrico”, agrega.
La institución reitera de ese modo el “llamado a las autoridades de salud, a garantizar la inmunización a la población con biológicos de reconocida eficacia y seguridad, con el suficiente aval y reconocimiento de diversas agencias reguladoras, y con el suficiente respaldo científico correspondiente”.
El gobierno de Nicolás Maduro anunció que recibiría 15 millones de dosis de Abdala para incorporarlas al plan de vacunación contra el coronavirus, mientras aumentan las críticas de médicos venezolanos sobre el uso del producto cubano.
La Academia Nacional de Medicina de Venezuela expresó su preocupación por el uso de Abdala, al asegurar que es un producto del que se desconoce información científica respecto de su seguridad y eficacia.
El Obispo de San Cristóbal, Mario Moronta Rodríguez, y científicos de Venezuela también manifestaron en abril su rechazo al uso de vacunas cubanas.
En enero, Maduro presentó públicamente el Carvativir, unas gotas que calificó de “milagrosas” y “poderoso antiviral” que, según dijo, neutralizaba al coronavirus en un 100%.
A mediados de año, Venezuela recibió un primer lote de la vacuna cubana Abdala, sin precisar entonces de cuántas dosis era el primer cargamento que llegó procedente de la nación antillana. Con un esquema de vacunación de tres dosis, las autoridades cubanas aseguraron que la efectividad del producto era de 92,28% en los ensayos clínicos de etapas finales.
Sin embargo, varios países muestran reticencias sobre tales resultados, arguyendo que estos no fueron certificados por organismos internacionales sanitarios como la OMS o la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
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