El domingo 7 de noviembre, a la una de la madrugada, los cubanos residentes en la isla deberán atrasar una hora sus relojes, lo que supone el fin del horario de verano y el restablecimiento del llamado "horario normal".
El cambio implica que esa noche se podrá descansar una hora más.
Con esta medida, Cuba vuelve a coincidir con el resto de países situados en el Hemisferio Norte. Sin embargo, la vuelta a hora normal implica un aumento en la demanda de electricidad en el horario pico -entre las 5 y las 9 pm- debido a que oscurece más temprano y al haber menos claridad natural se hace más uso de la luz artificial.
Un aumento en la demanda de la electricidad constituye ahora mismo un drama en Cuba, teniendo en cuenta el déficit en la capacidad de generación eléctrica, que ha motivado un aumento de los apagones en los últimos meses.
La Unión Eléctrica de Cuba viene informando de hace varias semanas de recurrentes interrupciones del servicio eléctrico por déficit en la capacidad de generación en el horario pico, a lo que se suman averías o trabajos de mantenimiento en varias unidades de Centrales Termoeléctricas (CTE) del país.
También Estados Unidos regresa el 7 de noviembre al horario normal. Allí igualmente se deberá atrasar un hora el reloj a la una de la mañana del domingo, a excepción de los residentes en Florida, que harán el cambio a las dos de la madrugada de ese día.
En 2007, el entonces presidente estadounidense George Bush hizo cambios al horario de verano que regía hasta ese momento. Desde entonces, el horario de verano en Estados Unidos se extiende desde el segundo domingo de marzo hasta el primer domingo de noviembre.
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