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El gobierno cubano difundió en el barrio de La Coronela, donde vive alquilado Yunior García Aguilera, que el líder de Archipiélago pretendía atacar un círculo infantil y una escuela primaria; dijeron a CiberCuba vecinos del dramaturgo, que rehusaron ser identificados por temor a represalias gubernamentales.
"La bola que han regado en el barrio es que amenazó con acabar con el círculo infantil y con la escuela primaria; aunque
muchas personas no saben ni quien es (Yunior)", contó uno de los vecinos.
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CiberCuba no ha podido contrastar estas informaciones con fuentes oficiales, que habitualmente no responden a nuestras consultas periodísticas, la web del Ministerio del Interior permanece inaccesible desde el 11J y llamadas a estaciones de policía cercanas no fueron atendidas.
Las maniobras diversionistas del castrismo, usando a Radio Bemba, datan de finales de los 70, del siglo pasado, cuando el escritor Reynaldo Arenas consiguió fugarse de la cárcel y esconderse en el Parque Lenin de La Habana, que se llenó e rumores sobre un supuesto maníaco sexual escapado de una prisión habanera.
Las calles del barrio están llenas de policías con uniformes, gente de la Seguridad del Estado vestida de civil, barrenderos que no barren, chapeadores con machete que no cortan hierbas y a la calle donde vive Yunior García no se puede pasar, precisó una vecina; aunque ya han retirado la guagua amarilla que cortaba el tráfico a la cuadra.
"No tenemos nada contra ese muchacho, mucha gente no sabía ni que vivía aquí, hasta ayer, pero queremos que esto se termine para continuar haciendo negocios por la izquierda porque con esta cantidad de policías es imposible evolucionar", sostuvo otro de los consultados.
Dependientes y dirigentes de la tiendas el barrio fueron acuartelados y los obligan a caminar por las calles y aceras, con palos en la mano, y "están autorizados a golpear a cualquier persona que ellos interpreten que es sospechoso", con el justificante de que hay que proteger los bienes del estado.
Todos los vecinos consultados por CiberCuba admitieron sentir miedo y avisaban que podían cortar la comunicación en cualquier momento, si aparecía algún policía o apaleador.
A esta hora, las calles de esa parte de La Coronela permanecen vacías de vecinos o transeúntes, excepto los autorizados por la policía; no se aprecian sábanas blancas u otras señales con los colores de Archipiélago, y tampoco hay reacción alguna al inicio del curso escolar, concluyeron las fuentes.
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