"Realmente fue todo una payasada": así describe Roxana García Lorenzo la jornada de este martes del juicio contra 16 manifestantes del 11 de julio en Santa Clara, entre quienes está su hermano mayor Andy García Lorenzo, de 23 años.
A García Lorenzo, encarcelado desde el mismo día de las protestas antigubernamentales, la fiscalía de su provincia le pide siete años de privación de libertad, por los presuntos delitos de desorden público, desacato a la autoridad y atentado.
En declaraciones a CiberCuba, la joven de apenas 20 años, quien se ha convertido en una activista incansable por la liberación de los presos políticos, contó que la fiscalía presentó ayer 29 testigos y que "todos son oficiales de la policía, oficiales de la Seguridad del Estado, diciendo mil mentiras".
"Hay testimonios de los policías quedándose dormidos", precisó. García Lorenzo resaltó que el primer día, el 10 de enero, los abogados defensores realizaron un trabajo extraordinario, pero que los familiares se sintieron mal luego de ver lo que sucedió al día siguiente, debido a "tantas mentiras".
La defensora de derechos humanos ha explicado en directas por su perfil personal de Facebook, o por el de su pareja, Jonatan López Alonso, que cada día a los juicios sólo han permitido la entrada de un familiar; a pesar de que, según las leyes, en Cuba los juicios son públicos. En su caso, quien ha entrado a La Audiencia, sitio donde se realiza el proceso, ha sido la madre de ambos.
De acuerdo con el testimonio de la joven, cuando los abogados defensores formularon preguntas a los testigos de la fiscalía, algunos "no sabían ni responder, no conocían a los presos, no sabían nada de ellos".
"La declaración que hicieron hoy no coincidía con la declaración que habían hecho anteriormente. Los abogados haciendo un buen trabajo, pero sabemos que todo es por gusto", expresó García Lorenzo.
Como parte de su caso, la fiscalía presentó en el juicio "unos videos donde se veía la manera en la que ellos se manifestaron". Sin embargo, la familiar indica que "ningún video coincidía con lo que estaba hablando la policía", y cuando los abogados preguntaban dónde estaban las pruebas de lo que decían, "la respuesta era simplemente su palabra, la palabra de la policía".
El primer día tuvo lugar otra irregularidad en el proceso: la fiscalía alegó "problemas técnicos" para no proyectar los videos de la defensa en los que se constata que eran manifestantes pacíficos.
A las familias, además, no les han permitido saludar a los prisioneros. Ayer tuvieron que verlos desde la distancia, cuando les sacaron de la institución; momento que aprovecharon para gritar sus nombres, hacerles saber que estaban presentes y exigir libertad en plena calle, frente al cordón policial.
Por otra parte, la vigilancia y el acoso a los familiares, en específico a los que denuncian en redes sociales lo que ocurre, no ha cesado. Desde el lunes la familia de Andy García ha denunciado persecución policial, no sólo contra ellos sino incluso contra otros activistas que se solidarizan con su situación, como el rapero Omar Mena y la emprendedora Saily González.
Hasta ahora, ningún medio de prensa ha podido cubrir los juicios. Activistas cubanos han emprendido una campaña para que los extranjeros acreditados en Cuba los reporten, pero no ha surtido efecto. Solo las agencias Associated Press y EFE han sacado notas al respecto, pero no han podido acceder a los tribunales.
Casi 300 personas han sido juzgadas ya en la isla por motivos asociados a las protestas del 11 de julio. La mayoría de ellas, en juicios ordinarios. Esta semana, entre el 10 y el 14, en varias provincias del país se llevan proceso en contra de 66 manifestantes.
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