Unos 139,800 personas en siete municipios de Guantánamo, de los diez que tiene la provincia, se vieron afectados esta semana por la depresión total o parcial de 29 fuentes de abasto de agua, debido a la sequía; informó el periódico local Venceremos.
En algunas zonas de la ciudad de Guantánamo, municipio cabecera, el ciclo oficial de abasto todavía es de nueve días, aunque en ocasiones se puede reducir, pero en el municipio Manuel Tames, el más afectado del territorio, el ciclo es de hasta 23 días.
“Tres de las cinco fuentes del asentamiento están secas, tanto, que el agua para las pipas se busca en El Corojo y la presa La Clotilde”, explicó Abelardo Durand Almeida, director municipal de Acueducto.
En Manuel Tames hay 8,176 habitantes afectados por la escasez de agua. Varias de sus comunidades, como El Sigual, La Rosa de San Carlos y Pozo Azul, se abastecen actualmente con carros cisternas.
“Ahora mismo, el agua la traemos de Caña Victoria, aunque con la escasez de lluvia, de 50 litros por segundos que podría dar, solo podemos bombear tres”, señaló Durand Almeida.
El funcionario también precisó que el mal estado técnico de los equipos y las dificultades con el combustible atenta contra el abastecimiento mediante pipas y a veces el ciclo se puede extender aún más.
Actualmente, se desarrollan distintas inversiones para paliar la sequía, como la rehabilitación de cinco redes para reducir pérdidas, la instalación de una nueva conductora para abastecer al poblado de Manuel Tames, la recuperación de las fuentes de Caña Victoria y Los Plátanos, pero las autoridades locales reconocen que no es suficiente.
Una residente en el área, Mayra Guibert, contó al medio local que a su barrio llegan las pipas para un punto de acceso (tanque de uso público) cercano, pero que el agua que sale por tubería es muy turbia. “Deberían tratarla, está fea”, aseguró.
Ante la ausencia del recurso, quienes no pueden esperar acuden a una zona conocida como El Pocito, cuya agua “no es potable para beber”, según Durand Almeida.
“Cada día vengo de El Mentol, y busco agua en la volanta para la familia. Si no fuera por El Pocito…”, dijo Juan Francisco Guerra, uno de los vecinos.
Alexey Aranda Bonne, director de Inversiones de la Delegación Provincial de Recursos Hidráulicos, alegó que “hay que verlo como un proceso: la sequía por varios años, por un lado, y las inversiones para mitigar sus efectos, por el otro".
"En 2020, de un plan superior a los 80 millones de pesos, el 90 por ciento se dedicó a esto”, sostuvo.
Carlos Martínez Turro, coordinador de Programas y Objetivos del Gobierno, al respecto resaltó que las inversiones han permitido que "podamos tener agua de Jaibo, por medio del canal Camarones y bombas que instalamos en 2014, y del río Bano, por ejemplo”.
Además, anunció que se comenzará a producir tanques de cemento con capacidades para 700 y 1,400 litros, "como alternativa ante la insuficiente producción nacional”.
En las provincias de Sancti Spíritus, Holguín y Pinar del Río también se reportan graves afectaciones en el acceso al agua.
Una noticia de Escambray de 2019 indicaba que algunos barrios de Trinidad solo recibían agua cada 12 días, y siempre mediante pipas, debido a una severa sequía y a ineficiencias en el sistema de redes. La situación se mantiene hoy igual.
En los municipios de Gibara, Rafael Freyre y la cabecera provincial de Holguín, más de 50 comunidades reciben el agua por pipas. Los embalses holguineros se encuentran al 70 por ciento de sus capacidades y los ciclos de suministro continúan extendiéndose.
Mientras, en Pinar del Río, la provincia más occidental de la isla, hay al menos 16 zonas con afectaciones serias por la escasez de agua potable, que se abastecen una vez al mes, también con pipas.
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