La Organización de Naciones Unidas (ONU), por intermedio del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), donará a Cuba más de 18 millones de dólares con destino a la producción de café y cacao en cooperativas de la isla.
La iniciativa contará con una inversión inicial de 42,5 millones de dólares, de los cuales las autoridades cubanas deberán suministrar al menos 23.6 millones.
De acuerdo con una comunicación oficial del organismo internacional, el Proyecto de Desarrollo Cooperativo Agroforestal (Prodecafé), beneficiará a 300 cooperativas agroforestales y 17,500 familias afectadas por la persistente crisis alimentaria que atraviesa el país.
Juan Diego Ruiz, director de FIDA para Cuba, dijo que invertir de esta manera es la “forma más eficiente de abordar los problemas de baja productividad, falta de equipamiento, escasez de oportunidades económicas, vulnerabilidad al cambio climático y fenómenos meteorológicos extremos, migración de la juventud rural a las ciudades, desigualdad de género y escasez de alimentos nutritivos”.
El Ministerio de la Agricultura de Cuba deberá poner en marcha el plan productivo, a través del Grupo Empresarial Agroforestal. Ruiz añadió que la inversión total debe ascender luego a más de 65 millones de dólares con la participación de otros donantes internacionales.
El proyecto será implementado en las provincias de Granma, Guantánamo, Holguín y Santiago de Cuba y deben beneficiarse fundamentalmente unas 68,250 personas, entre ellas miembros de las cooperativas, jornaleros y expertos en asistencia técnica. El interés de la organización internacional es apoyar también a los jóvenes y las mujeres de esas comunidades.
Una de las pretensiones de la iniciativa es mejorar los servicios de asistencia técnica y contribuir a la reparación y nueva construcción de caminos de acceso a las zonas montañosas, donde residen 11,600 familias (45,240 personas) que pertenecen a otras 290 cooperativas.
El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de la ONU reconoció la inseguridad alimentaria que afecta a Cuba, que importa hasta el 80% de los alimentos que consume la población, con un gasto que supera los 2,000 millones de dólares anuales, según los datos oficiales.
Estas importaciones resultan en extremo vulnerables pues dependen de elementos externos como pandemias, crisis financieras, fenómenos climáticos, aumento de precios de los productos y del transporte de los mismos.
La institución reanudó sus operaciones en Cuda durante 2013 y hasta el momento ha invertido más de 170 millones de dólares, que debieron contribuir a la mejora de las condiciones de vida de 40,000 familias rurales. Sin embargo, los habitantes del campo cubano resultan unos de los más perjudicados por la situación de carestía que impera en la isla.
El café es uno de los productos que más escasean en la nación caribeña, a tal punto que en días recientes circuló en las redes sociales un bulo noticioso sobre la intención del gobierno del país de mezclar el grano con palmiche para estirar el rendimiento de la cosecha.
Sin embargo, Osmel de la Cruz Cala, director de la Empresa Procesadora de Café Asdrúbal López, en Guantánamo, aclaró los hechos y señaló que el producto solo se combina con chícharos o frijoles, pero nunca con palmiche, por el alto contenido de grasas de esta semilla.
En la última semana de enero trascendió que Cuba era incapaz de producir las 24 mil toneladas de café que cada año se demanda para el consumo interno de la isla, una situación que lejos de corregirse, empeora con el paso de los días y las decisiones tomadas por el gobierno.
Dos años después de haberse planteado el objetivo de producir 30 mil toneladas del grano para 2030, el régimen de Miguel Díaz-Canel no consigue satisfacer siquiera el café de la Canasta Familiar Normada y presenta además problemas con la distribución, de manera particular desde el cierre de 2021.
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