¿Qué cubano o amante del judo no conoce al profesor Ronaldo Veitía, lamentablemente jubilado y quien por estos días se encuentra en Argentina?
Con el Buda cubano tuve el placer de conversar recientemente, él, cómodamente sentado en el portal de la casa de su hijo en Argentina; yo, frente a mi laptop. Lo veo más delgado, algo que sin dudas favorece su salud.
En efecto Julita, me encuentro en Argentina con mi hijo Dieter tratando de aliviar mi alma, tras la pérdida de mi querida esposa Mercedes con la cual compartí toda una vida; estuvimos en las buenas y las malas, te podrás imaginar.
¿Te has repuesto algo tras el deceso de Mercy?
Mi respuesta es categórica: ¡NO! Creo que no te miento si te digo que jamás podré reponerme, que sigue faltándome para respirar, que la siento a mi lado. La llevaré conmigo hasta el final de mis días. Tú nos conociste juntos, sabes lo que te digo.
Créeme que lo siento, pero pienso que también tu alejamiento del diario accionar con tus discípulas influye en tu estado de ánimo. ¿Extrañas mucho el ir y venir al Cerro Pelado?
¡Cómo no extrañarlo! Y también me duele y mucho. Las situaciones por las que atraviesa el judo cubano en la actualidad cuando solo una superestrella como Idalys Ortiz, formada por mí, se sube a un podio olímpico. Pero bueno, ya yo no estoy, nada puedo hacer. Habría que hacer muchas cosas, emprender muchas acciones para que nuestro deporte siguiera adelante.
Se pensó que tras mi partida todo iba a ser, como decimos en buen cubano, “coser y cantar”, y voy más allá: la base puede estar afectada por las carencias propias de estos tiempos. El judo necesita kimonos, colchones, buenos entrenadores, que muchos han partido en misiones o simplemente han buscado nuevos horizontes. Todo afecta. Pero el problema ahora no es sólo la base.
Lo único que quisiera es que los compañeros que tienen la tarea de mantener por el camino ganador al judo, lo hagan.
Y parece que los que tienen a su cargo el judo cubano quieren seguir la senda del profe Veitía. Al menos a los niveles regional y continental pues en el Panamericano del deporte recientemente celebrado en Lima, Perú, dos judocas cubanos, Iván Silva en los 90 kilos y Andy García +100 subieron a lo más alto del podio mientras otros cuatro judocas conquistaron dos platas y dos bronces. De estos, solamente dos chicas.
El rostro de Veitía en nuestra videoconferencia luce triste. Antes, sus guerreras marcaban el paso en todas las competencias.
¿Ningún técnico de los actuales pone en práctica tus planes de entrenamiento que fueron tan fructíferos; alguno te consulta algo?
¡No, hombre no! Parece que lo nuevo quiere desterrar lo viejo. Es un vuelco total y ahí tienes los adversos resultados. Sí quiero destacar, el esfuerzo de todos los atletas, muchachas y varones, que han dado lo mejor de sí, su esfuerzo, su sacrificio en pos de mejores performances. Jamás diré lo contrario.
Sigo sin entender cómo un país pobre, que apenas cabalga en el decoro de una población sin prácticamente alegrías, puede darse el gusto de prescindir de un talento como el de Ronaldo Veitía como también sucedió con el Dr. Alcides Sagarra, que mucho hubiera podido seguir aportando para el deporte de los puños.
Si te hacen un llamado para regresar al Cerro Pelado como asesor o técnico ¿aceptarías?
¡Jamás, nunca! Por nada de este mundo, bajo ningún concepto ¿levantar ruinas yo después de haber construido un templo? No.
¿Momentos más espectaculares y más decepcionantes en la vida del Buda cubano?
Positivos: haber ganado el Campeonato Mundial en 1995, nada menos que en Japón, donde nació este arte marcial y que es pasión nacional; el Mundial del Cairo 2005 y los Juegos Olímpicos de Sydney 2000.
La peor desilusión es ver cómo se desmorona todo lo hecho por el judo cubano por los métodos que se utilizan en estos momentos y por no hacer caso a la experiencia.
¿Consideras que te quedó algo por hacer?
¡Uff! Cantidad de planes, de esperanzas, de nuevas conquistas. Pero me cercaron incomprensiones, traiciones, cosas dolorosas que corroen mi alma porque yo, a pesar de mi edad y de mi físico obeso, era aún muy útil. ¿Que cometí errores? ¡Que lance la primera piedra aquél que no los haya cometido! Pero no era para que prescindieran de mí así nada más.
Tu respuesta fue crear el hermoso proyecto Primavera: una academia de judo que patrocina tu amigo y presidente de la Federación Internacional de Judo (FIJ) Marius Vizer. Yo soy testigo de esa avalancha de niños y adolescentes, incluyendo alumnos de la EIDE “Mártires de Barbados”.
En efecto, los padres me ayudan mucho. Este proyecto radica en la comunidad de albergados de Santa María del Rosario, mi cuna. Es un nuevo aliciente para tanta gente que no tiene techo o lo han perdido por desastres naturales y ven como su juventud ya tiene a donde dirigir su atención.
El General de sus Guerreras fue exaltado al Hall de la Fama de la FIJ en Bakú, Azerbaiyán, 2018, en su condición de entrenador de prestigio internacional tras una fructífera trayectoria que recoge 25 medallas olímpicas, cinco de ellas de oro y 10 de plata; 57 preseas en Campeonatos Mundiales: 16 doradas. En dos ocasiones el judo (f) cubano encabezó la tabla de posiciones en estas citas: Shiba, Japón 95 y El Cairo, Egipto 2005.
Además ganaron mis guerreras los Olímpicos de Sydney con dos medallas de oro, de Legna y Sibelis, la plata de Daima y dos bronces.
Ya finalizando nuestro coloquio, el cual se ha hecho habitual por más de cuatro décadas, hicimos un momento de recordatorio para la gran Estela Rodríguez, doble subcampeona olímpica y primera titular mundial del judo(f) cubano y su reciente e inesperado fallecimiento.
Esa noticia me desgarra el alma. Estela es de las que nunca me abandonó; iba a la casa, compartía con mi esposa y conmigo, nos hacía reír. Siempre estaba de buenas, con esa sonrisa inigualable de oreja a oreja y su hablar cadencioso y jaranero.
Una atleta consagrada, disciplinada, figura legendaria a nivel mundial; una gran pérdida, era mi hija, mi hermana, mi amiga.
Un pesado silencio se apoderó de nuestra, hasta ese momento, animada charla. Veitía permaneció silencioso, en un llanto intimista de este hombre grande con corazón de niño ¿qué más decirle?
Sólo que disfrute de su estancia en Argentina, juegue con sus nietos y viva orgulloso de su paso por el deporte cubano; sus judocas y el pueblo no lo olvidan y también están orgullosos de él.
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