La cubana Marisbel Sánchez Oliver, residente en Santiago de Cuba, denunció las condiciones paupérrimas de su casa donde vive con cuatro niños y pregunta si alguien debe morir para que las autoridades la escuchen.
“Hago publica mi situación ya que por otros medios nunca encontré solución. Ahora solo siento impotencia al ver el peligro que corremos mi familia y yo, pues llevo ocho años dirigiéndome al Gobierno Municipal y Provincial y no se ha dado solución a esta situación, recibiendo malos tratos, desatención y mentiras”, escribió en una publicación en Facebook.
Sobre su vivienda, Sánchez Oliver precisó que está ubicada en la barriada marginada de San Pedrito en la capital de la provincia y que consta de un dormitorio en el que “conviven 10 personas: seis adultos y cuatro niños, de los cuales un niño es asmático crónico”, mientras que ella misma es paciente de cáncer
“El día 13 de noviembre del 2015 alrededor de las 5:00 de la mañana se encontraba uno de mis nietos durmiendo junto a su madre y se desprendió un pedazo de placa ocasionándole una herida de 12 puntos a mi hija y varios golpes al niño”, detalló y acompañó su texto con fotos del estado constructivo de la casa y misivas a diferentes instancias de gobierno, incluido al mandatario Miguel Díaz-Canel.
De acuerdo con su testimonio, su hija fue atendida de urgencia como consecuencia del derrumbe parcial del techo y su remitido al hospital infantil Sur, aunque esta no seria la primera hospitalización de los niños a su amparo.
“Mis nietos han sido hospitalizados en varias ocasiones por contraer infección por la bacteria Estafilococo, ya que cada vez que llueve se desborda la fosa por el manto freático y las heces fecales corren por toda la casa”, agregó.
La señora mencionó además los escollos burocráticos que ha debido sortear para que las autoridades locales contemplen incluir su casa en el programa de reparaciones de vivienda, a falta de recursos propios.
Sánchez contó que en 2015 autoridades del Gobierno Municipal extraviaron los documentos y la respuesta que le dieron por los cuatro años posteriores fue “que se estaban elevando los documentos”, en referencia a un trámite en un organismo superior, pero en 2019 admitieron que “no existen documentos algunos, que comenzarían de cero” todo el proceso de solicitud de ayuda.
A partir de entonces, nuevos técnicos visitaron su casa y dictaminaron que “no había solución, que las paredes y placa se encontraban en peligro de derrumbe”. Desde entonces, el inmueble se cae a pedazos, literalmente.
“El 25 del mes de enero de 2020 a las 12:00 horas del mediodía, mientras la niña de 5 años de mi sobrino jugaba, se desprendió un pedazo de placa que, para uno de los técnicos, no se caería”, dijo y explició que la propia familia cubrió con tablas el vacío.
Recientemente, en febrero, otro pedazo de la placa colapsó y la respuesta de las autoridades fue que “no es para tanto, pensamos que había alguien bajo escombros”, aseguró cuestionando la indolencia de los funcionarios.
“Y ahora yo pregunto, ¿tiene que morir alguien acaso? Realmente me encuentro desesperada, ya no tengo manos para escribir cartas, he mandado un sin número y nada de respuestas”, dijo convencida de que “la política de nuestro de nuestro gobierno es la atención a todos los ciudadanos”.
"Realmente me encuentro desesperada, angustiada y necesito alguna solución a mi problema”, sentenció.
San Pedrito es una comunidad que en 2017 contaba con 29 mil habitantes y desde hace unos años ha sido centro de un programa de reanimación de la vivienda, con dinero de Venezuela, según la prensa estatal.
En ese año, el órgano oficial del PCC, Granma, aseguraba que existía un plan de “rehabilitación integral de San Pedrito” para mejorar “las condiciones del fondo habitacional” que incluía 9 845 viviendas.
De ellas, poco menos de la tercera parte serian sometidas a un proceso de reparación. “La prioridad inicial recayó en 3 045 viviendas de 9 721 pobladores, entre las cuales era necesario reponer 1,917, y someter a acciones de rehabilitación y conservación los 1,128 restantes”, precisó el rotativo.
Un artículo del periódico local Sierra maestra en 2019 aseguraba que se ejecutaba “la cimentación de edificios multifamiliares que emergen en la barriada santiaguera de San Pedrito y en áreas de los distritos urbano José Martí y el Abel Santa María”.
Sin embargo, Marisbel no ha sido beneficiada por el proyecto que, sobra decir, no ha resuelto las necesidades de sus moradores en condiciones mas vulnerables.
Recientemente trascendió que las autoridades han presentado como un logro la construcción de viviendas con techos de bóveda, y con materiales de barro como frutos de la inventiva ante la falta de recursos.
Asimismo, son frecuentes las denuncias sobre derrumbes, desalojos y hacinamiento en albergues a consecuencia de la crisis del fondo habitacional. Más de un tercio de las viviendas en Cuba se encuentran en regular o mal estado técnico, según datos oficiales revelados por el gobierno.
Una nota publicada en el sitio de la presidencia cubana señalaba en febrero de 2021 que al cierre de 2020 el fondo habitacional del país era de 3,946,747 casas, de las cuales solo el 63% se encuentran en buen estado técnico. El resto de las viviendas (1.452.852) está calificado de regular y mal.
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