El presentador televisivo y vocero del régimen cubano, Humberto López, recorrió las instalaciones de la prisión del Combinado del Este en La Habana y asistió a un juego de pelota entre reclusos, así como al momento en que algunos de ellos recibían la visita familiar.
Una vez más, los “expertos” en comunicación que asesoran a la dictadura cubana vuelven a presentar una imagen idílica de los establecimientos penitenciarios del país, en la que los reclusos aparecen con uniformes nuevos, limpios, bien alimentados y felices del trato que reciben por parte de sus carceleros.
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Las autoridades que han sido incapaces durante años de restaurar las instalaciones deportivas del capitalino Parque José Martí -ubicado en pleno malecón habanero y que muestra un progresivo deterioro que contrasta con la proliferación de hoteles nuevos y remozados del Vedado- exhibe ahora ante los telespectadores cubanos el terreno de pelota del Combinado del Este en unas condiciones aceptables.
Los reclusos que jugaban al beisbol durante la visita de López llevaban todos uniformes deportivos. En las gradas, con mascarillas, los presos que asistían de público guardaban un comportamiento ejemplar, gritando consignas y saludando a la cámara.
Similares escenas de “normalidad” se apreciaron durante el paseo que se dio el vocero del régimen por el salón donde los reclusos recibían la visita de sus familiares, con mesas llenas de bolsas de comida, buen ambiente y trato cordial entre reclusos, familiares y responsables del establecimiento penitenciario.
La grotesca e impúdica exhibición de una presunta “normalidad” dentro de las cárceles cubanas llega tras el informe periódico sobre Cuba, realizado a mediados de mayo por el Comité contra la Tortura de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en el que este organismo expresó su preocupación por las denuncias y testimonios de abusos, trato degradante y otras torturas psicológicas empleadas por el régimen contra los manifestantes presos y procesados por su participación en las históricas protestas del 11J.
Una represión que incluyó malos tratos como golpizas, insultos, amenazas de carácter sexual, registros corporales integrales, aislamiento en celdas oscuras, uso de gas pimienta, exposición a altas temperaturas dentro de vehículos policiales, y abandono de personas retenidas en zonas remotas.
Las “Observaciones finales sobre el tercer Informe Periódico de Cuba" que elabora el Comité, sumados a las denuncias e informes presentados por diversas organizaciones no gubernamentales, como Cubalex y Prisoners Defenders, así como por activistas cubanos han generado preocupación entre las autoridades y la prensa oficialista del régimen cubano, que se han volcado en mostrar una “realidad” paralela a la que testimonian muchos reclusos sobre las prácticas habituales para “disciplinar” a la población penal.
El programa “Hacemos Cuba”, de la televisión pública controlada por el régimen “conversó sobre prácticas y disposiciones jurídicas que regulan el tratamiento a las personas que se encuentran privadas de libertad”, según anunció el Canal Caribe en una publicación de sus redes sociales.
“Humberto López y un equipo del espacio visitaron varios establecimientos penitenciarios y conversaron con reclusos, sus familiares y autoridades. Además, participaron en actividades de varios programas educativos y de reinserción social”, indicó el canal de la televisión oficialista en Facebook.
Luego de ver batear a un par de reclusos y babosear sobre las familias que visitaban a sus integrantes privados de libertad, el presentador “conoció” el programa líder del sistema penitenciario cubano: el trabajo y la formación para el empleo que dan a los reclusos.
“Están aprovechando bien el tiempo”, dijo Humberto López a los presos del Combinado del Este que asistían a un curso de formación de albañilería y le comentaron sus progresos en los diferentes oficios que han aprendido tras las rejas.
“Ya yo estoy facultado para incorporarme a la sociedad y a la revolución, y lo sabe el mando aquí”, indicó uno de ellos que afirmó haber pasado cursos de albañilería, soldador y una larga lista de otros oficios. “Gracias a la revolución nosotros estamos preparados para hacer lo que haya que hacer”, aseguró otro.
Recientemente, López visitó el “campamento” de detención de jóvenes en La Habana, ubicado en San Francisco de Paula y donde permanecen recluidos cerca de 200 jóvenes, para mostrar lo que según afirmó es la realidad del sistema penitenciario cubano.
¿Los han torturado, les han dado golpes?", preguntó el presentador a unos jóvenes que se veía claramente habían sido instruidos en cómo responder, amén de llevar uniformes recién estrenados con los dobleces propios de la ropa recién sacada de cajas.
Instalaciones y ropas deportivas, camaradería entre la población penal y sus represores, visitas armoniosas de familiares a sus reclusos, cursos de formación y cómo no, bibliotecas donde estudiar la obra, la vida y el pensamiento de Fidel Castro... Y después López y compañía afirman que en Cuba no se tortura.
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