El gobierno de Matanzas decidió racionar la venta de caramelos, pulpa de mango, barra de guayaba y bolsas de refresco, en medio de la escasez de alimentos y la falta de capacidad de la industria para responder a las necesidades de la población.
Al menos seis organismos estatales formarán parte de la estrategia de racionalización que impulsa el gobierno local, de acuerdo con las declaraciones a la ACN del Geobel Quintero Hernández, coordinador del Grupo de Alimentos.
El administrativo no especificó cuáles serán esas entidades ni se ha hecho público por el momento el listado de todos los alimentos que venderán a la poblacion de manera racionada.
"La decisión tiene en cuenta el estado de opinión del pueblo, y responde además a la convocatoria realizada por las máximas autoridades políticas y gubernamentales de Matanzas a ser creativos", explicó la prensa oficialista al dar a conocer la noticia, que al parecer no generó revuelo entre los ciudadanos de la provincia.
El periódico Girón se hizo eco del informe periodístico en su perfil de Facebook y más de un lector aplaudió el racionamiento que impusieron las autoridades en Matanzas, aunque algunos pusieron en duda su efectividad.
"Ojalá que funcione, porque con las cajas de leche que estaban dando en los quioscos que eran para los niños de siete a once, nada más la pudieron tomar algunos. En mi quiosco nunca entró y así es con todo", escribió una persona
"En Unión de Reyes a los consejos populares les toca bien poco, para no decir que nada", subrayó otro internauta.
"Ver para creer, solo están en la etapa de la estrategia, vamos a ver si lo concretan. Soy matancera y aquí se planifica, y todo queda en la etapa de la planificación y después en lo concreto no se controla y es aquí donde radica todos los problemas que tenemos", dijo con escepticismo otra mujer.
El racionamiento de alimentos es una de las principales medidas que adopta el gobierno cubano cada vez que hay escasez o falta de productos en la red de comercio minorista.
Ya no se trata solo de limitar la compra de los productos de la canasta básica, sino de otros que se comercializaban de manera libre y que ante el aumento de la demanda es imposible satisfacer las necesidades.
Productos de aseo, limpieza u otras categorías son controladas a través de mecanismos como la libreta de abastecimiento, donde se apunta la fecha y el producto que se vende en las cantidades autorizadas.
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