Una cubana denunció las carencias cotidianas que sufre el pueblo de la isla, donde tener leche, huevos o harina se ha convertido en un lujo.
"Soy cubana, estudio, trabajo, también voy al gimnasio y si puedo me compro un dulce por la calle. En mi casa llevamos dos años comiendo croquetas por la noche. A veces no puedo salir con amigos porque no tengo dinero y he sentido malestares por no tener una pastilla para tomar", confesó desde el perfil Morty, en Twitter.
Su mensaje se hizo viral no solo por las denuncias de la escasez (frecuentes en las redes sociales de cubanos) sino también porque reivindica el derecho a tener una mejor calidad de vida, poder ocuparse de su imagen personal, alimentarse y sentirse bien.
Comentó que en una época se dedicaba a compartir recetas, pero tuvo que abandonar esa afición porque no hay nada para cocinar.
"Yo hacía videos de recetas y llevo buena cantidad de tiempo sin subir contenido porque sencillamente no tengo comida, y cuando lo hago es porque me regalaron algún que otro ingrediente. Tener harina, huevos, leche, mantequilla, no debería ser un lujo".
En su mensaje explica que ha viajado fuera de Cuba en algunas ocasiones y esto le dio la oportunidad de ver cómo es la vida cotidiana de personas de otros países. "Comprarte un par de zapatos, un rollo de papel sanitario, un anillo y comerte un pan con jamón y queso, no es un lujo, sino algo del día a día".
Criticó el eslogan del Estado comunista, usado durante los más de 60 años de gobierno, sobre la Educación y la Salud gratuitas en Cuba.
"¿Educación? Sí, con el aula sin sillas y con mesas rotas, los baños de las escuelas tupidos, los laboratorios de computación sin computadoras, toda la instalación sin luz y con pocos profesores. ¿Salud? Sí, sin medicamentos ni insumos para tratar a los pacientes. Sin recursos para los propios médicos y con los hospitales inundados o cayéndose", dijo.
También dedicó un mensaje a quienes cuestionan que ella tenga objetos caros, un tipo de crítica que se ha vuelto frecuente en las redes sociales para desacreditar el discurso de quien denuncia las carencias en Cuba.
"Para todos los que dicen que tengo un iPhone, internet y el pelo arreglado, siento mucho que piensen que eso es un lujo, de verdad, cuando todas esa cosas han sido entre regalos y meses de trabajo. Aspiren a cosas grandes en la vida, luchen por sus sueños coño, que la vida es una", comentó en ese sentido.
Tocó sutilmente un tema escabroso, las aspiraciones de los cubanos. En su criterio muchas personas se han acomodado y se conforman con las migajas que deja el gobierno al pueblo, en lugar de luchar por un futuro mejor.
"Vivir no es comerte un plato de comida, conseguir papel sanitario o estudiar siete años para trabajar en una cafetería. Vivir no es ahorrar toda una semana para arreglarte el pelo o comprarte una camisa que te guste. Vivir no es estar dos horas cogiendo (comprando) algo para volver a tu casa".
Hizo también un llamado a la empatía, a entender la importancia de denunciar las cosas que van mal en el país y de no negarse a asumir la realidad que sufren los cubanos cada día.
"Todos, desde el que más tiene, hasta el que no tiene nada, sabemos lo duro que es vivir en Cuba. Todos sabemos el trabajo que se pasa, solo que no todos quieren ver la realidad, y eso a veces es hasta más lamentable que la misma realidad. (...) Tengan más empatía y no justifiquen lo injustificable. Agradezcan lo que tienen, sí, pero no la miseria o las migajas", dijo.
La cubana señaló que su intención con este mensaje no era crear un debate político sino expresar cómo se siente y cómo vive.
La semana pasada otras mujeres cubanas expresaron en las redes sociales su inconformidad con la gestión del gobierno y la situación de precariedad que sufren día a día.
Muchas de ellas madres cubanas alzaron la voz tras los virales vídeos de Amelia Calzadilla quien pidió a Miguel Díaz-Canel que abandone la presidencia del país y la entregue a alguien que pueda conducir a Cuba por una vía de prosperidad.
De inmediato el régimen comenzó a desplegar una estrategia de descrédito contra Calzadilla, que incluyó la publicación de un artículo en Cubadebate donde se le acusa de ser "un ejemplo de manual de lo que se llama gestión de la irritación".
El Gobierno del Cerro citó a Calzadilla a una reunión para supuestamente dar una respuesta a sus denuncias. La joven madre cubana considera que fue difamada en las redes sociales y por el propio Estado solo por denunciar las carencias cotidianas de Cuba.
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