El periodista independiente Yoe Suárez se exilió en Estados Unidos con su familia, tras el hostigamiento continuo del régimen por su trabajo.
“Estuve regulado dos años, y de 2020 a 2022, cada tres semanas hubo una acción represiva en mi contra o en contra de mi familia. A mi madre, que nunca había estado en una estación policial, la citaron a interrogatorio tres veces, para amenazarla con que si yo seguía con mi trabajo periodístico ella iba a sufrir las consecuencias”, declaró este lunes al portal de noticias Cubanet.
También entre los motivos que lo llevaron a salir de Cuba, Suárez recordó la represión de la Seguridad del Estado sin descanso y las amenazas a su familia.
“Sobre mi hijo también hubo amenazas. En abril de 2020 un señor que se hacía llamar Jorge me dijo que podía perder la patria potestad de mi hijo porque el niño estaba siendo criado por un contrarrevolucionario. Yo no quería exponer a mi hijo a que tuviera que decir ‘Pioneros por el comunismo’, o al adoctrinamiento que viene ahora con la nueva legalidad del régimen”, comentó, además.
Suárez dijo al citado medio que llegó el 23 de agosto último a Estados Unidos en compañía de su esposa y su hijo de cuatro años.
Apuntó, además, que el arribo a ese país fue gracias a la gestión de Outreach Aid to the Americas, que también promovió la presentación allí de su largometraje documental Cuba Crucis: Fe y Libertades Individuales.
“Llegamos gracias en parte a la gestión de Outreach Aid for the Americas, una organización que hace trabajo de ayuda humanitaria, para Centroamérica y el Caribe y que estuvo apoyando la producción del documental desde Cuba”, explicó el también escritor en la entrevista concedida a la reportera de Cubanet, Camila Acosta.
Suárez aseguró que él y su familia llegaron a territorio estadounidense para “empezar nuestra vida de cero en un lugar de libertad”.
“Estados Unidos, y específicamente Miami, era ese lugar para hacer el blending entre la tierra que dejábamos atrás y la nueva vida que empezábamos a vivir”, agregó.
En su conversación con Acosta, explicó que fue de manera clandestina la grabación de su documental, la cual se inició en 2019 como una serie de entrevistas a practicantes y líderes religiosos en Cuba.
“Fue un documental clandestino que filmamos durante el momento más duro de la pandemia.
En diciembre de 2021, su audiovisual sobre la libertad de conciencia y de religión en Cuba tuvo también una premier clandestina en la ciudad Camagüey ante un grupo reducido de amigos, entre los que se encontraban el padre Castor José Álvarez Devesa, y los periodistas Iris Mariño, Henry Constantín y Neife Rigau, todos violentados durante las protestas del 11J.
El documental, de 52 minutos de duración y realizado gracias a la productora independiente Kinos, reflexiona sobre “cómo la falta de libertades individuales bajo el Socialismo afectan el vivir a plenitud la fe”, dijo Suárez en una publicación de Facebook.
A partir del testimonio de una veintena de cubanos de diferentes creencias y denominaciones religiosas, Cuba Crucis... se adentra en el conflicto Estado-Iglesia para dibujar lo que su autor llama “un retrato genérico de cómo se vive hoy la falta de libertad de conciencia”.
En declaraciones a CiberCuba, el periodista reveló que en el audiovisual participan “evangélicos, un musulmán, católicos y un agnóstico, incluso. La libertad de conciencia incluye no solo tener libertad para poner la fe en lo que se desee, sino también el derecho a no creer”.
Sin proponerse indagar en la historia de la religión en Cuba, el material “está centrado en los últimos cinco años”, aunque también hace alusión a “los inicios de la Revolución e incluso da pinceladas sobre la República”, dijo su autor a nuestro sitio.
El trailer, disponible en Youtube, inmortaliza denuncias de hostigamiento por parte de las autoridades cubanas a religiosos, como el derribo del templo del pastor Alain Toledano Valiente, la prohibición de salida del país al líder evangélico Sandy Canino, en represalia a su campaña contra la aprobación del matrimonio igualitario en la Constitución y la imposibilidad de acceder a espacios públicos.
También revive testimonios sobre el encarcelamiento a los pastores Ramón Rigal y Ayda Expósito, así como la histórica homilía del padre Jorge Luis Pérez Soto cuando aseguró que “la iglesia sí debe participar en la política”, y cuenta con voces de la disidencia y el activismo por los derechos humanos.
“Cuba Crucis... está dedicado a los periodistas Camila Acosta, Lázaro Yuri Valle y Esteban Rodríguez, bajo algún tipo de reclusión, y a Lorenzo Rosales, pastor evangélico aún preso en Santiago de Cuba desde el 11J por acompañar al pueblo de Palma Soriano en las protestas antisistema”, precisó Suárez.
La incursión de Suárez en la filmografía viene precedida por su labor en el periodismo y en las letras cubanas, que le ha merecido reconocimientos como el Premio de Periodismo Investigativo que organiza el Centro Latinoamericano de Periodismo (CELAP) por su reportaje "Patrulla-horno, una tortura cubana desapercibida" y el Premio Ilíada por su más reciente libro Leviatán: Policía política cubana y terror socialista, entre otros.
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