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Un poema dedicado al éxodo cubano, escrito por Mónica Ramos Pérez, se ha viralizado en redes sociales por exponer todo lo que hacen los cubanos para salir del país.
Los versos de Ramos Pérez, escritora residente en Gibara, Holguín, son un desgarrador recorrido por el proceso de desprendimiento de objetos que se venden para lograr salir del país.
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En un tránsito que va de lo material a lo sentimental, la autora enumera los bienes en venta para recaudar dinero en el proceso de emigración.
El cubano, en su lucha por salir del país, va dejando en manos desconocidas los objetos que forman parte de la memoria familiar: la cama antigua comprada por la madre; anillo de la abuela; aretes regalados por el abuelo; juguetes llevados por el padre -”hace tantos años”.
Sus versos hexasílabos son también el testimonio de las familias rotas por la emigración: el padre exiliado le llevó al sujeto lírico juguetes en un viaje a Cuba.
En el texto de Ramos se vende incluso el aire, el alma, el origen, el espacio, el desvelo, y si no es suficiente para poder salir del país, “le entrego al coyote “mis últimos días”.
En la actual crisis migratoria cubana, agravada por la situación económica en el país, hay quien ha encontrado en los recursos poéticos el medio para describir el proceso de preparación del viaje y la despedida de Cuba.
Otro poemas de fechas recientes reflejan el dolor de los cubanos que persiguen su libertad.
"Volveré Mamá, un día de estos", de Osvaldo Socarrás Palomino, ha trascendido en las redes sociales como un texto sobre la separación de padres e hijos por el éxodo y la fe en un reencuentro futuro.
A continuación, Cibercuba reproduce íntegramente el poema.
Se vende mi cama,
es de las antiguas,
la compró mi madre
cuando yo era niña.
Se venden mis ropas,
las vendo baratas,
no es que no me sirvan,
lo hago por la plata.
Se vende este anillo,
me lo dio mi abuela,
yo tengo que hacerlo
aunque mucho duela.
Se vende cocina
en muy buen estado,
a pagar afuera,
allá al otro lado.
Se venden aretes
de oro del bueno,
en un cumpleaños
me los dio mi abuelo.
Se vende un armario
de cedro, es bien grande,
lo compró mi tía
con sudor y sangre.
Se venden zapatos
de marca, de uso,
con otros que tengo
el río yo cruzo.
Se vende vitrina
con copas y vasos,
la vendo con todo
al cash y sin plazo.
Se vende mascota,
era de mi niño,
pido al que la compre
que le dé cariño.
Se venden juguetes
que un cumpleaños
los trajo mi padre
¡hace tantos años!
Se vende mi alma,
mi risa, mi origen,
fantasmas pasados
que hoy me persiguen.
Yo vendo mi aire
que aquí en los pulmones
gritan por salir
¡no encuentro razones!
Se vende mi espacio,
mi sosa rutina,
noches de desvelos,
mi melancolía.
Y si no me alcanza
en la travesía,
le entrego al coyote
mis últimos días.
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