El senador cubanoamericano Marco Rubio ganó este martes por amplio margen la reelección contra su oponente demócrata Val Demings y aseguró un tercer término consecutivo en el Senado de Estados Unidos.
Con su arrolladora victoria, Rubio, de 51 años, se consolidó como una figura de liderazgo en el escenario político nacional e hizo historia como el primer senador republicano de Florida que consigue un tercer mandato.
Poco después de las 8 p.m., con el 80 por ciento de los votos escrutados, el político republicano superaba a su rival con una ventaja de más de 13 puntos porcentuales. Cuando se había contabilizado ya el 96 por ciento de las boletas, Rubio sumaba 4,440,508 votos (57.9%) mientras que Demings acumulaba 3,155,388 (41.1%).
"Personas de todos los orígenes se han unido en Florida para restaurar el sentido común... Después de esta noche, el Partido Republicano no volverá a ser el mismo, y eso es algo grandioso para Estados Unidos", dijo Rubio a sus seguidores en un salón del Hilton Miami Airport Blue Lagoon de Miami tras conocerse el resultado de la elección.
Y preguntó a la audiencia: "¿Saben cómo llamamos a las personas que son negras, blancas, hispanas, asiáticas y que son hombres y mujeres, que vienen de otros países? ¿Saben cómo los llamamos en Florida? Los llamamos americanos".
Rubio, que habló en inglés y español, dijo sentirse encantado "esta noche en el condado republicano de Miami-Dade", en alusión a la arrolladora victoria de su partido en un territorio tradicionalmente gobernado por los demócratas. Es la primera vez en 20 años que candidatos republicanos a la gobernación de Florida o la presidencia de Estados Unidos, y aspirantes al Senado y la Cámara de Representantes ganan de manera contundente en Miami-Dade.
Rubio dijo que tenía un mensaje para demócratas y personalidades liberales que pudieran molestarse por el viraje de Florida de un estado considerado bisagra (swing) a un estado rojo (republicano). "Si no les gusta este país, son libres de irse... Mi oficina incluso puede ayudarlos", ironizó el senador.
Demings concedió su derrota y llamó a Rubio para felicitarle y animarlo a trabajar por los residentes de Florida y por el bienestar del estado.
"Felicité a Rubio y le pedí que siguiera trabajando por el estado que consideramos nuestro hogar", dijo Demings desde su cuartel de campaña en Orlando.
Demings, exjefa de la Policía de Orlando y representante federal por tres términos, lideró una agresiva campaña con duras críticas al desempeño de Rubio en el Senado y demostró una poderosa capacidad de recaudación de fondos, marcando presión sobre Rubio en las encuestas hasta fechas cercanas a los comicios. Sin embargo, el político cubanoamericano nunca estuvo detrás en los sondeos aún en los momentos en que Demings se aproximó peligrosamente.
La rivalidad de ambos candidatos generó una contienda electoral encarnizada, en la que el incumbente y su retadora se lanzaron fuertes reproches ideológicos desde sus respectivas posturas partidistas.
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