El Observatorio Cubano de Conflictos (OCC) documentó 692 protestas públicas en diciembre de 2022, 400 más que en noviembre y 100 más que en julio de 2021, cuando se produjo el mayor estallido social en décadas en la isla.
De acuerdo con el último reporte de esa organización, ocurrieron 366 manifestaciones no previstas y 326 como parte de campañas organizadas permanentes. En total, en el recién concluido año, se produjeron 3,923 protestas, que supera ampliamente las 3,300 registradas por el OCC en el crucial año 2021.
Las manifestaciones ocurrieron en 12 de las 15 provincias del país, a pesar de la creciente represión del régimen contra la población inconforme. La mayoría se registraron en La Habana (170), Santiago de Cuba (66) y Villa Clara (41), esclarecieron en su informe.
Cientos de ellas fueron originadas por demandas de derechos económicos y sociales, entre ellas se ubican las críticas en redes sociales, videos o declaraciones a medios independientes sobre la creciente inseguridad; la mala gestión del gobierno, el pésimo estado de los servicios públicos de electricidad, agua, salud, vivienda, salubridad y transporte.
Un gran número denunció la escasez, altos precios provocados por la inflación y otras afectaciones a la economía popular (sobre todo vinculadas a la temporada de Navidad y Año Nuevo); así como actos de campañas organizadas contra el inmovilismo económico y la política inversionista del gobierno y problemas sociales como la violencia de género.
Muchas reclamaron derechos políticos y civiles e incluyeron protestas directas contra el sistema, gráficas, videos, poemas, canciones y memes, acciones de campañas permanentes y reacciones contra la represión en sus distintas variantes.
"Diciembre fue testigo de una lluvia de memes sobre Díaz-Canel por su inglés chapurreado durante una gira por países del Caribe y un fracasado intento de remedar al fallecido populista venezolano Hugo Chávez cantando La Guantanamera. También fueron blanco de memes y sarcasmos en las redes sociales la esposa del gobernante cubano, Lis Cuesta, tras filtrarse un video suyo mientras iba de shopping en Granada y a raíz de otro donde se la ve defendiendo una tesis académica con un reloj Cartier de $8.800 en la muñeca", escribipo la OCC.
Sin embargo, el Observatorio llama la atención de que ese úlitimo mes de 2022 no se reportaron protestas callejeras.
Después de más de tres meses de masivas protestas callejeras detonadas por los cortes eléctricos, indicó la organización, el gobernante Miguel Díaz-Canel pidió ayuda energética a Rusia y Turquía durante una gira y la gestión brindó un alivio temporal a los apagones, pero la creciente inflación, la escasez de comida, entre otros, acrecentaron el descontento popular.
En ese mes de diciembre entró en vigor el nuevo Código Penal, "cuya severidad y amplitud debía asfixiar las protestas en la isla", pero los cubanos continuaron protestando contra las calamidades causadas por un sistema que solo es eficiente en materia de represión, propaganda y diplomacia.
"En esta esfera de la legalidad aparente hubo protestas en diciembre no solo contra el nuevo Código Penal, sino contra intentos de revivir la Ley contra la Vagancia y la revocación de la prometida exención de impuestos a las nuevas pequeñas y medianas empresas", apuntó el reporte.
Otro tema candente en el último mes del 2022 fue el de la inseguridad ciudadana. En medio un aumento de robos con violencia, golpizas en colas y feminicidios, muchos cubanos protestaron contra el aumento alarmante del pandillerismo juvenil y la escalada de la violencia.
A lo largo del año, trascendieron al menos 32 casos de mujeres asesinadas por sus parejas. "Estos sucesos, seguidos por una relativa impunidad de los victimarios, han motivado un fuerte movimiento a favor de que se apruebe ya una Ley de Género que sancione severamente estos crímenes", arguyó el OCC.
El OCC refirió que dominaron esta relación de protestas las denuncias de madres y otros familiares de presos políticos por torturas y tratos crueles, inhumanos y degradantes a sus seres queridos en las prisiones, entre ellos golpizas, agresiones de presos comunes, encierros en celdas de castigo, nuevas causas, denegación de atención médica y religiosa, visitas y llamadas telefónicas, poca comida, confiscación de pertenencias, desamparo jurídico, traslados a celdas con presos comunes peligrosos o a prisiones de máxima seguridad, etc.
El Observatorio había pronosticado en la primavera de 2022 una reedición del 11J, que finalmente se inició a mediados de julio y se prolongó hasta mediados de octubre, con más de 90 noches de marchas y cacerolazos callejeros disparados por los apagones, que incluyeron también exigencias a los gobernantes y gritos de “Libertad”, “Patria y Vida” y “Abajo la dictadura”.
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