Los bancos estatales de la provincia Artemisa, en el occidente de Cuba, no tienen dinero para pagarle a los campesinos.
Leonel Capote, productor agrícola de ese territorio, denunció la crisis en su cuenta de Twitter y exigió una solución al mandatario Miguel Díaz-Canel y al gobernador de la provincia, Ricardo Concepción Rodríguez, por la deuda económica que existe desde diciembre.
"Necesitamos cobrar nuestro dinero ya, para pagarle a los trabajadores e inversiones en las fincas", escribió el productor de alimentos.
Tras su denuncia, varios internautas reaccionaron criticaron a las autoridades por ignorar el problema y contaron experiencias similares en otros territorios.
"Lo mismo pasa en Alquízar y nadie se mueve para resolver el problema, vas al banco y te dicen que solo puedes extraer $2,000 pues el banco no tiene mas dinero. En fin... Avanza y les duele", lamentó Arnaldo Robaina.
"Siempre han sido muy informales con los pagos a los campesinos, incluso meses después de ellos haber comercializado esos productos, a mi padre aún le deben el pago de unos cerdos por parte de porcino desde hace más de dos años", contó Marcos Valerón.
"Compadre, está más que visto y confirmado que negocios con el estado es pérdida, a amigos míos les deben desde hace dos años el dinero de unos cerdos y no pagan, ni con comida ni con plata" escribió el usuario Ed pero no Sheeran.
Leonel Capote, que se presenta como un campesino tuitero, ha denunciado en varias ocasiones la inmovilidad de las autoridades cubanas para comprar los alimentos que cosecha.
"Díaz-Canel, Ministerio de la Agricultura, aquí está mi cosecha. ¿Qué hacemos con ella?", escribió en abril del pasado año, cuando supo que nadie quería comprar una producción de calabazas recién sacadas del surco.
Este emplazamiento al gobierno cubano provocó que lo llamaran a rendir cuenta de sus palabras en la dirección de la cooperativa a la que pertenecía.
"Mis tuits escritos con mucha educación y sin ofender a nadie, tratando de resolver mis problemas como campesino", se defendió.
El Banco Central de Cuba (BCC) anunció en enero que limitaba a 2,000 CUP las operaciones bancarias de extracción de efectivo y transferencias a través de los canales electrónicos.
La medida tiene como objetivo "fortalecer el uso de las cuentas según su naturaleza, ya sean personales o corporativas y a establecer mayor transparencia en pos de los ciudadanos", según la institución bancaria.
El anuncio impopular se suma a los problemas que enfrentan desde hace años los campesinos de Cuba para cobrarle al estado por sus producciones agropecuarias.
Este problema, pendiente de solución provoca apatía en los campesinos, que se niegan a establecer contratos con las instituciones estatales, a pesar de las presiones que se ejercen para que produzcan alimentos.
El país atraviesa por un déficit de alimentos general, con precios disparados en mercados y establecimientos comerciales, un panorama que para el Fondo de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), persistirá durante el 2023.
"La disponibilidad de alimentos en los mercados locales ha ido disminuyendo desde 2019 debido al bajo nivel de producción nacional y a las importaciones. Además, la capacidad del país para importar productos alimenticios y combustibles esenciales se vio limitada por el alto nivel de los precios internacionales, con efectos agravantes sobre el suministro interno", puntualizó la organización en un informe.
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