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Yordanka Battle Moré celebró la decisión de pensar y expresarse libremente en Cuba, a pesar de las represiones y amenazas de la Seguridad del Estado, el despido que sufrió hace unos meses y todas las consecuencias asociadas a manifestar sus opiniones.
"Nunca pensé que en un año mi vida cambiaría tanto. Para este entonces, se albergaba en mi ser interior, un profundo descontento cada día más creciente, pero me comportaba cuál esclava obediente", escribió la mujer en su cuenta de Facebook.
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Con el mensaje, compartió una foto de febrero de 2022, cuando aún trabajaba para una empresa estatal y no sabía que su vida daría un giro tan radical.
"La libertad tiene un precio. Quien habla la verdad sufre las consecuencias, y en este caso, la mía es no hacer lo que te gusta", confesó Battle Moré.
Asimismo, dijo extrañar el contacto con sus antiguos compañeros de trabajo, la pausa para un café y todo lo que hacía, pero está consciente de que no quiere de vuelta eso, a cambio "de tener que venderle el alma a los comunistas".
"No quiero volver a tener que fingir estar de acuerdo en algo que no comparto. No quiero tener que lidiar con acomodados que disfrutan de su cargo a diestra y siniestra y le sobreexigen a sus subordinados. No quiero trabajar más por 4,410 pesos cubanos (27 dólares) y no poder darme los pequeñísimos gustos como disfrutar un buen café a la orilla del mar. No quiero escuchar disertaciones macarrónicas que no producen ni aportan. Me duele, pero haciendo referencia a la obra Casa de Muñecas, este fue mi portazo de Norah", finalizó.
Yordanka Battle Moré alcanzó notoriedad en Cuba tras emitir libremente sus pensamientos en una cola en La Habana, cuestionando al gobierno por obligar a los ciudadanos a fajarse por un paquete de picadillo.
Sus palabras se volvieron virales y poco después fue despedida del trabajo, lo que la obligó a buscar una manera de sobrevivir en el sector privado, donde tampoco ha estado a salvo completamente.
Durante los últimos meses no solo ha sufrido el acoso y amenazas de la Contra Inteligencia, sino que la han citado para interrogarla, provocando que otros activistas y defensores de los derechos humanos le muestren apoyo público en diferentes escenarios.
Recientemente la Seguridad del Estado la amenazó con acusarla por el presunto delito de instigación a delinquir por sus publicaciones en internet, en un país donde las leyes condenan a los cubanos que emiten criterios antigubernamentales en espacios virtuales.
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