En su cruzada contra la inflación, el gobierno cubano criticó este martes los precios en los negocios privados y consideró que eran “un abuso con la población”.
Así lo describió el primer ministro Manuel Marrero Cruz durante su intervención en la reunión de balance anual del Ministerio de Finanzas y Precios, reconociendo que las reclamaciones de la población sobre el encarecimiento de la vida “son legítimas y justas”.
Según el primer ministro, “se están dando muchas situaciones dónde, aun haciendo las fichas de costos tomando como referencia el precio informal de las divisas, se están formando precios con ganancias hasta tres veces por encima”.
“Esto es un abuso con la población”, sentenció Marrero apuntando, según Cubadebate, a los “negocios que no producen y solo se dedican a la compra y venta de productos elevándole los precios”.
Ante esta situación, el primer ministro consideró el “control de los precios” por parte del Estado como la solución al problema de la inflación en Cuba y exhortó a hacer análisis efectivos sobre las fichas de costos.
El “abuso con la población” al que hace referencia Marrero es el precio que ponen los emprendedores y cuentapropistas cubanos a los productos que comercializan, que, según el dirigente, tienen “ganancias hasta tres veces por encima” de su precio de venta original.
Se trata de un “abuso” que ha formado parte esencial de la política económica y de precios del régimen cubano, que hasta fechas recientes ostentaba el monopolio de la importación, distribución y venta de mercancías en divisas.
En las diferentes cadenas de tiendas en moneda libremente convertible (MLC) del Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA) -un conglomerado de empresas controladas por los militares del régimen-, los precios suelen triplicar y hasta quintuplicar los precios de venta de los mismos productos fuera de Cuba.
Esta disparidad de los precios de productos a la venta en la isla, comparados con los mismos productos a la venta en mercados internacionales, ha sido denunciada en innumerables ocasiones por activistas cubanos, y conforman uno de los núcleos de malestar y protesta de la población.
En agosto de 2020, las tiendas en MLC ponían a la venta una pierna de jamón ibérico por 575 dólares. El precio escandalizaba a los cubanos, que se preguntaban qué tipo de cerdo es este.
“Por favor, perdonen mi ignorancia, pero necesito que algún conocedor del tema me pueda aclarar algo... ¿A qué especie pertenece este pedazo de jamón?... O su precio se debe a algún procedimiento único que lo hace especial...” preguntaba en Facebook Edlyn Pupo.
Un mes antes de esa fecha, un paquete de un kilo café Cubita alcanzaba los $14 dólares y 45 centavos en el mercado de 3ra y 70, en La Habana, mientras que un paquete de 250 gramos de la misma marca, costaba en Walmart $ 1.50 dólares (menos de la mitad del precio en Cuba).
Una pierna de jamón por el precio de 224 dólares, tinta de sepia o calamar por 10.50 dólares un pequeño frasco, filete de carne de res por 23.80 dólares el kg, riñonada de res a 15.50 dólares el kg, chorizo marca Montero Bravo por 9.00 dólares el kg, lomo ahumado por 17.75 dólares el kg, un fiambre de pavo por 71.25 dólares, o protector solar para niños por 28. 45 dólares, son algunos de los muchos productos denunciados por los cubanos a causa de sus inflados precios.
Muchos cubanos coinciden en que las tiendas para la venta de alimentos y aseo en moneda libremente convertible solo contribuyeron a profundizar la brecha social que ya existe en la isla, en vez de captar las divisas que luego se “invertirían” en el bienestar de la población.
En octubre de 2020, el gobierno cubano aseguró que las tiendas en dólares serían "transitorias". Así lo afirmó el vice primer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández en el programa Mesa Redonda de la Televisión Cubana.
Año y medio después, en febrero de 2022, Gil Fernández aseguraba que el país no podía prescindir por el momento de las tiendas en MLC, y que su objetivo no era humillar a las familias cubanas.
La única forma en que el gobierno puede garantizar una oferta estable de bienes básicos en moneda nacional, era captando la divisa extranjera para mantener una "determinada" oferta. "El mecanismo más práctico que tenemos para recaudarla hoy, es mediante una red de venta minorista en MLC", recalcaba Gil Fernández.
Sus palabras fueron contestadas en las redes sociales por cubanos que le recordaron que “las tiendas en MLC lo que han hecho es acentuar las diferencias de clases, además de legalizar la reventa de todo tipo de mercancías a precios abusivos”.
“Que alguien le diga al ministro que no es recontarnos el problema, sino buscarnos una solución”, pidió un internauta. Este martes, Gil Fernández reiteró que la solución al problema del déficit fiscal y la inflación pasa por la correcta ejecución del Programa de Estabilización Macroeconómica.
Según sus palabras, su trabajo (el Programa) está hecho. Si persiste el déficit y la inflación será porque los otros actores económicos no ejecutaron correctamente lo que puso en papel el responsable de la economía cubana.
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