Un cubano de Holguín adapta viejas cazuelas para que puedan ser utilizadas en cocinas de inducción con una base de zinc galvanizado.
Según un reportaje de la televisora local Telecristal, Alexander Aguilera Velázquez, un trabajador de la Empresa de Comercio del municipio Calixto García, invierte su tiempo libre en adaptarles una base de zinc a enseres de cocina para usarlos en hornillas de inducción.
Aguilera, residente en un barrio en la localidad de Buenaventura, aseguró al canal televisivo que es capaz de de hacer el cambio en cualquier tipo de equipo para cocinar: cafeteras, sartenes u ollas.
Según el reportaje, Aguilera ha logrado ponen en práctica esta iniciativa en un momento en que existe un gran desabastecimiento de estos implementos de cocción "especiales".
"Yo pongo el fondo y ustedes ponen lo que va dentro", dijo bromeando el hombre.
Las cocinas de inducción fueron entregadas a la población por el gobierno en sustitución de las arcaicas hornillas de la llamada "revolución energética", impulsada por el difunto dictador Fidel Castro a inicios de siglo.
La iniciativa pretendía aliviar la crisis energética por la que atravesaba el país, pues estas hornillas están cubiertas de cerámica y funcionan con utensilios de cocción ferromagnéticos, consumiendo menor cantidad de energía.
Sin embargo, las nuevas cocinas presentan limitantes, pues el equipo solo acepta ollas y sartenes con fondo ferromagnético, que no era una opción para la mayoría de los cubanos de a pie, sumándole a ello sus altos costos y la escasez de los mismos en la red de tiendas del país.
Actualmente, más de un millón de cocinas de inducción están pendientes de reparación en Cuba. En talleres estatales hay 1,219,835 de esos equipos de cocción de alimentos a la espera de ser devueltos a la vida útil.
Además, la reposición de las cocinas de inducción y su menaje se realiza según las decisiones que adoptan las autoridades en los territorios, y se ha incrementado el número de esos equipos pendientes de reparación por restricciones en los aseguramientos.
En marzo de 2022, la empresa estatal Industria Electrónica Camilo Cienfuegos, ubicada en La Habana, reanudó el ensamblaje de cocinas de inducción para ser vendidas a la población a 3,343 pesos.
En esa ocasión se informó que la fábrica produciría 10,000 equipos mensuales, los cuales se comercializarían primero en la región oriental del país, junto con dos cacerolas, una sartén y una cafetera.
Ante la incapacidad del gobierno de producir los equipos, dieron luz verde para que una empresa española vendiera cazuelas y equipos de cocina en tiendas MLC cubanas.
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