Unos 30 quintales de col y uno de calabaza se pudrieron en un almacén de Acopio del municipio de Caimito, en la provincia de Artemisa, en medio de la crisis de alimentos y la inflación descontrolada que se enfrentan en el país, según autoridades locales.
Inspectores locales detectaron que en la Comercializadora de Acopio en Caimito se pudrieron 30 quintales de col y uno de calabaza, por lo que el director de la entidad fue multado con 30,000 pesos por “no crear los mecanismos correspondientes para la comercialización de estos productos, apuntó este martes una nota del gobierno provincial de Artemisa, difundida en Facebook.
“En el momento de la inspección se comprobó que existía en el almacén la cantidad de 30 quintales de col y 1 quintal de calabaza en estado de putrefacción. Dichos alimentos presentaban fetidez, y no fueron comercializados a la población pese a ser recibidos con fecha 26 de mayo del 2023”, añade la información.
La nota subraya que “el Gobierno Provincial de Artemisa rechaza tales sucesos en territorio caimitense, sin justificación alguna ante la necesidad de comercializar más alimentos y con calidad a la familia cubana” y que hechos similares y violaciones de precios se pueden denunciar al número 47366471.
No es la primera vez que trascienden cómo se pudren en almacenes o en los campos alimentos en medio de una de las peores crisis que se ha vivido en el país.
Hace apenas dos días, trascendió que en la provincia de Guantánamo se pudren toneladas de mango por ineficiencias del modelo productivo.
“Estas son imágenes de cuatro campesinos de diferentes municipios de Guantánamo y cuyas toneladas de mango se pierden por falta de gestión, recursos, contratación, traslado y comercialización”, apuntó el perfil oficialista de Facebook Miguel Noticias.
La publicación fue acompañada de imágenes de mangos recolectados pudriéndose en el campo. Según el citado perfil, las lamentables imágenes se correspondían a las cosechas de mango de campesinos de las localidades de San Antonio del Sur e Imías.
"Son toneladas de mangos echados a perder haciendo tanta falta ahora en estos momentos que vivimos, ¿usted cree que así es posible que la economía pueda recuperarse? Estos son dos campesinos nada más, hay varios en esta misma situación y eso sin entrar al campo que ahí es donde está la verdadera pudrición", denunció un cubano que escribió al perfil oficialista.
También en marzo último, un campesino cubano denunció que toda su cosecha de tomates se pudrió debido a trabas burocráticas y responsabilizó a los dirigentes cubanos a quienes “no les interesa el pueblo”.
En varios post de Facebook, el agricultor Raúl Morales, de la Cooperativa de Créditos y Servicios (CSS) Manuel Fajardo, en el municipio Encrucijada, provincia de Villa Clara relató tan lamentable situación y difundió imágenes de cómo se perdía su cosecha de tomates.
“En mi Cooperativa existen 11 puntos de ventas, no es lógico que mi producción de tomate se esté pudriendo en la finca, a pesar de que yo como campesino tengo creadas las condiciones para llevarla al punto, y ninguno me acepta el tomate, teniendo que regresar con las cajas”, se quejó Morales, en un post difundido en su red social.
En febrero igualmente trascendió que toneladas de orégano para la industria farmacéutica cubana se perdían en campos de la provincia Granma por falta de envases recolectores de la masa vegetal.
“Tengo más de 10 toneladas de orégano en mis manos echándose a perder. Este es un cultivo de ciclo corto que está a los 60 días de sembrado y cada 45 debes hacer un corte. Si empieza a madurar, pierde las hojas, poniendo en riesgo la cosecha y la obtención de productos medicinales”, apuntó el productor Ricardo Serrano Masquida al medio local oficialista La Demajagua.
En 2021, por su parte, un campesino cubano perdió una cosecha de coles porque la empresa estatal Acopio, encargada de recibir el producto, dijo que no tenía fuerza de trabajo para procesarla.
Héctor González, trabajador de la Cooperativa Pedro y Bienvenido, del municipio Minas, en Pinar del Río, perdió 1300 repollos de col debido a una falla burocrática. La empresa Acopio, perteneciente al consejo popular de Sumidero, rechazó la mercancía y tampoco se hizo cargo de la pérdida.
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