Una madre cubana exige respuestas ante la falta de insulina y de vacunas para niños, según denuncia trascendida en redes sociales.
“Ministerio de Salud Pública de Cuba, ¿qué pasa con la vacuna de los niños?, ¿qué pasa con la insulina de los diabéticos?”, inquirió Isleibis Rodríguez Leiva, en un texto posteado este jueves por la activista Masiel Rubio en su perfil de Facebook.
La indignada madre refirió que su niño debía recibir la vacuna pentavalente a los cuatro meses de nacido y ya cumplió seis meses, el 13 de mayo, y aún no se la han aplicado.
También expuso que su madre es diabética insulino-dependiente, con tratamiento de 30 unidades al día, un bulbo al mes, y en su farmacia de Peñas Altas, Consejo Guanabo, municipio Habana del Este, no hay para venderla por el tarjetón (certificado médico).
“¿Quién da respuesta a esto?”, preguntó Rodríguez Leiva, a quien le explicaron en la farmacia que pierde el derecho de adquirir la medicina controlada por tarjetón cuando termina el mes. “O sea, no puedo pedir prestada, pues no puedo pagarla”, añadió.
Asimismo, refirió que “ya hace tiempo no venden a los pacientes de insulina ni alcohol, ni jeringuillas, pero por gestiones propias se compran o se consiguen, pero yo no sé dónde resolver insulina lenta”.
“No sé a dónde dirigirme, si alguien pudiera explicarme. Estamos mi madre y yo desesperadas”, comentó la desesperada mujer.
Sobre la vacuna de su bebé indicó que en el Consultorio 9 Peñas Altas, en Guanabo, le dijeron que “no hay en el policlínico, y la poca que entra es para los niños más atrasados, o sea, hay más atrasados que mi niño”.
“¿Alguien sabe qué repercusión tiene esto en la salud de los inocentes? ¿Alguien sabe qué está pasando en este municipio, provincia, país, para retrasar la vacunación tan necesaria e importante de nuestros hijos?”, preguntó.
“Exijo una respuesta por todo ese material que falta y del cual depende la vida de mi hijo y mi madre”, concluye la denuncia de Rodríguez Leiva, quien se identificó como “hija y nieta de jubilados del MININT, combatientes internacionalistas y cargos del CDR”.
“Nosotros cumplimos con ustedes, ahora al menos dennos una respuesta del ya indefendible y quebrado sistema de salud cubano”, reclamó.
No son pocas las denuncias sobre las carencias y el servicio del sistema de salud pública en Cuba.
En abril último, la periodista oficialista Betsy Anaya denunció que en el Hospital Pediátrico de Centro Habana no había suturas ni para atender emergencias médicas.
La profesora del Centro de Estudios de la Economía Cubana relató en un post de Facebook [que luego borró] que un niño menor de 3 años que se había partido la mandíbula y estaba chorreando sangre no pudo ser atendido en ese centro médico porque no había sutura.
Un mes antes, por otra denuncia se conoció que los hospitales cubanos carecían de insumos básicos para operaciones, luego de que a una paciente le pidieran desde un tubo endotraqueal hasta esparadrapo para una cirugía.
También una ingeniera cubana que sufrió una fractura en un pie denunció que no había yeso para ponerle en el hospital que la atendieron, y que al indagar por el precio de un yeso en el mercado negro se enteró que costaban 4,500 pesos, monto que supera su salario de 3,700 CUP.
La joven dijo que le colocaron en el pie "un pedazo de cartón con caca de cucaracha" que se quitó al llegar a su casa porque no podía soportar el dolor y sus dedos estaban morados.
A esta problemática se añaden los precios de los medicamentos que se venden fuera de la red estatal de farmacias, que se cotizan a precio de oro.
En abril último, la activista cubana Raisa Velázquez se mostró indignada por el precio en el mercado informal de la Prednisolona, esencial para el tratamiento del asma, mientras que las farmacias permanecen desabastecidas.
"En mi vida he vendido un medicamento, cuando tengo algo que necesitan lo dono, lo doy sin pedir nada a cambio. No espero que sean iguales conmigo, pero decir 'te la vendo porque yo la compré', pues no lo puedo entender", escribió en Facebook.
Velázquez aseguró que un paquete de Prednisolona podía costar por esas fechas hasta 200 pesos cubanos en el mercado informal, impagable para muchos, sobre todo aquellos que perciben salarios mínimos.
El grave déficit de medicamentos que hay en Cuba el gobierno no ha sido capaz de solucionarlo, por lo que ha florecido el comercio informal de estos ante el desabastecimiento de las farmacias estatales.
En este mercado informal se vende casi todo lo que necesitan los cubanos, a precios muy elevados, debido al descontrol de los almacenes estatales, que es el sitio de donde se abastecen los comerciantes, además de los que se importan de persona a persona desde el extranjero.
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