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El presidente iraní Ebrahim Raisi fue recibido este jueves por el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel y por su mentor, el general retirado y dictador en activo, Raúl Castro Ruz, en una clara imagen de quién manda en Cuba, con ayuda de quién y va pesar de qué.
A pesar de ser el responsable de la feroz represión contra los manifestantes que en septiembre pasado salieron a protestar por la muerte de la joven kurda iraní de 22 años Mahsa Amini a manos de la Policía de la Moral, que costó la vida a más 500 iraníes y casi 20,000 detenidos, el régimen cubano extendió la alfombra al líder ultraconservador, al que llamó “estimado amigo”.
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“Recibimos en el Palacio de la Revolución al presidente de la República Islámica de Irán, Seyyed Ebrahim Raisi. En conversaciones oficiales, resaltamos el excelente estado de las relaciones políticas y diplomáticas, basadas en el respeto mutuo, la amistad y la cooperación”, dijo Díaz-Canel en Twitter.
Por si quedaban dudas, el gobernante designado por el menor de los Castro, subrayó la “unidad entre aquellos que hemos sido condenados por querer construir sociedades diferentes a las que quiere imponer el paradigma yanqui y por eso hemos sido sometidos a bloqueos, a sanciones injustas, inhumanas, injustificadas”.
“Eso es un mensaje de que estamos unidos, de que no renunciamos a nuestra convicciones, y que entre todos vamos a aprovechar las potencialidades que tenemos para complementarnos y hacernos más fuertes en el enfrentamiento al imperio”, aseguró Díaz-Canel.
La visita de Raisi, expresó el gobernante cubano, “nos refuerza la convicción de que tenemos en Irán una nación amiga en el Medio Oriente, con la cual compartimos, y tenemos confianza de poder abordar los más complejos problemas globales, los más complejos problemas de nuestros países, de sociedades, y poder también construir posiciones comunes con relación a ellos”.
"Confirmamos voluntad de profundizar y diversificar nexos económicos, comerciales y de cooperación, a partir de la potencialidades en las esferas energética, de alimentación y salud", expresó Díaz-Canel.
En ese sentido, según Cubadebate, las autoridades de ambos países firmaron seis acuerdos que refuerzan aún más la alianza entre ambos regímenes. Lo anterior añade nuevas preocupaciones a la sociedad civil cubana, que ve comprometida la soberanía de la nación en la relación del régimen cubano con Rusia, así como su empeño de estrechar lazos con poderes autoritarios, antidemocráticos y -en el caso del régimen de los ayatolás, pero también de Vladimir Putin- terroristas, falócratas, homófobos y sanguinarios.
Entre lo pactado, un Memorando de Entendimiento entre las instituciones judiciales de ambos países (que contemplan en sus legislaciones y aplican la pena de muerte); un par más en temas aduaneros (ambos sancionados por Estados Unidos); y un Acuerdo de cooperación en la esfera de las telecomunicaciones, las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, y los servicios postales.
Más tarde, en presencia del ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amir Abdollahian, y el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, el ayatolá Raisi fue recibido por el menor de los Castro, en un breve encuentro en el que se volvieron a escuchar las protestas de amor eterno entre el líder del turbante y el de la guayabera, que mantiene un pie en el estribo, y un ojo mirando a Washington.
Desde allí, según la agencia AP, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, rehusó hacer comentarios sobre el gobernante iraní o su agenda en América Latina -con las visitas a Cuba, Nicaragua y Venezuela-, pero señaló que la administración de Joe Biden estaba preocupada por el “comportamiento desestabilizador” de Irán, motivo por el cual “continuará tomando medidas para mitigar ese comportamiento”.
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