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En un contexto marcado por el aislamiento internacional y sanciones económicas cada vez más severas, los regímenes de Irán, Rusia y Cuba están intensificando sus esfuerzos por reforzar alianzas estratégicas que les permitan enfrentar los desafíos comunes.
En fechas recientes se han producido encuentros clave entre autoridades de los tres países y anuncios oficiales que subrayan la importancia de estas relaciones en un panorama global marcado por el enfrentamiento entre gobiernos democráticos y autocráticos.
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Irán y Cuba: Una alianza estratégica de 10 años
En ese sentido, los regímenes de Irán y Cuba dieron un paso significativo hacia la consolidación de una asociación estratégica de 10 años, según reporte de Infobae.
Altos funcionarios de ambos países se reunieron en Teherán para delinear los términos de esta alianza, la cual incluirá la celebración de la 19ª Comisión de Cooperación Económica entre ambas naciones.
La agencia estatal iraní IRNA informó que las conversaciones también abordaron temas tecnológicos, destacando una próxima exposición en La Habana donde empresas iraníes presentarán sus capacidades tecnológicas.
El ministro de Salud iraní, Ali Jafarian, calificó esta colaboración como “estratégica” y resaltó el valor de Cuba como socio político en América Latina. Ambos países, que permanecen en la lista de Estados Unidos como patrocinadores del terrorismo, han encontrado un terreno común en su oposición a las sanciones de Washington.
Esta alianza se produce en un momento crítico para Irán, que enfrenta una crisis energética sin precedentes y una economía debilitada por la depreciación de su moneda, el rial, que ha alcanzado mínimos históricos. Mientras tanto, Cuba atraviesa su peor crisis económica en más de seis décadas, agravada por el endurecimiento del embargo estadounidense.
Rusia e Irán: Hacia una asociación estratégica integral
Por su parte, Rusia e Irán también están fortaleciendo sus lazos. El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, tiene programado viajar a Moscú el 17 de enero para firmar un acuerdo de cooperación integral con su homólogo ruso, Vladimir Putin.
Este nuevo tratado reemplazará un acuerdo estratégico de 20 años firmado en 2001 y abarcará sectores clave como la energía, el transporte y la manufactura, indicó la agencia Europa Press.
La relación entre ambos países se ha intensificado a raíz de la invasión rusa de Ucrania. Irán ha sido acusado de suministrar misiles a Moscú para ser utilizados en el conflicto, mientras que Rusia ha respaldado a Teherán en foros internacionales.
Además, la reciente incorporación de Corea del Norte como socio estratégico de Rusia refuerza este bloque de países enfrentados a las potencias occidentales.
La relación estratégica Cuba-Rusia: Una alianza histórica que se renueva
La relación estratégica entre Cuba y Rusia ha alcanzado un "nivel cualitativo superior", según declaraciones recientes de altos funcionarios de ambos países. Esta asociación, que tiene raíces en la Guerra Fría, se ha revitalizado en los últimos años gracias a una serie de acuerdos económicos, financieros y de modernización tecnológica.
En los últimos meses, Rusia ha anunciado la apertura de nuevas líneas de crédito al régimen cubano, destinadas a proyectos de infraestructura y energía. Estas líneas de crédito han permitido financiar un plan millonario de modernización de sectores clave en Cuba, incluyendo el transporte y la industria energética.
Según un artículo reciente, el Banco ruso Novikombank incluso abrió una sucursal en la isla, lo que facilita la transferencia de recursos y fortalece los lazos económicos.
Además, Moscú ha invertido millones de dólares en proyectos estratégicos en Cuba. Uno de los más destacados es la modernización de la planta de energía térmica en Mariel, una inversión crucial para aliviar la crónica escasez de energía en la isla.
También se han priorizado iniciativas para modernizar la infraestructura portuaria, aumentando la capacidad de comercio internacional de Cuba.
La firma de acuerdos de cooperación en materia de defensa, seguridad, cuerpos policiales, tecnología destinada a la represión, control y vigilancia en el espacio físico y virtual, así como en materia judicial y medios de comunicación, refuerza la percepción de la creciente interdependencia de ambos regímenes antidemocráticos.
Estos acuerdos no solo benefician a Cuba, sino que también fortifican la posición geopolítica de Rusia en América Latina, una región que Moscú considera estratégica para contrarrestar la influencia de Estados Unidos.
Esta colaboración ha sido facilitada por la mutua oposición de ambos regímenes a las sanciones occidentales, que ven como una herramienta para debilitar su soberanía.
Sin embargo, la relación no está exenta de desafíos. La grave crisis económica que enfrenta Cuba limita su capacidad para cumplir con los términos financieros de los acuerdos, mientras que Rusia enfrenta una presión internacional creciente debido a su invasión de Ucrania.
A pesar de estos obstáculos, la relación Cuba-Rusia continúa fortaleciéndose, consolidándose como un pilar de la estrategia global de Moscú.
Contexto geopolítico y desafíos
Estos movimientos estratégicos reflejan la necesidad de los tres regímenes de buscar nuevas alianzas para eludir las sanciones internacionales y consolidar su posición en el escenario global.
Mientras Irán enfrenta un déficit energético que ha llevado al cierre de fábricas y escuelas, Cuba busca alivio económico en medio de una severa escasez de alimentos y medicamentos. Rusia, por su parte, lidia con el impacto de las sanciones occidentales derivadas de su guerra en Ucrania.
La pregunta clave es si la alianza entre Irán, Rusia y Cuba logrará alcanzar la profundidad necesaria para resistir las presiones internacionales. Hasta ahora, las relaciones entre Teherán y Moscú han sido más sólidas, con acuerdos de largo alcance que incluyen sectores estratégicos. En contraste, la relación entre Irán y Cuba, aunque prometedora, todavía está en desarrollo.
Proyecciones futuras
La formalización de estas alianzas podría tener implicaciones significativas en el equilibrio de poder global. Si bien China ha mostrado vacilaciones en sus compromisos con Irán, el fortalecimiento de los lazos con Rusia y Cuba ofrece a Teherán nuevas oportunidades para diversificar sus alianzas.
Sin embargo, tanto la viabilidad económica como la efectividad de estas asociaciones dependerán de cómo los tres países logren sortear las sanciones y las limitaciones internas.
La convergencia entre Irán, Rusia y Cuba no solo tiene un impacto regional, sino que también envía un mensaje claro a Occidente sobre la resiliencia de estos regímenes ante el aislamiento.
A medida que se desarrollan los acontecimientos, el mundo observará de cerca si esta colaboración estratégica podrá ofrecer resultados tangibles o si quedará como un esfuerzo simbólico en un contexto de desafíos globales cada vez más complejos.
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