Este jueves fueron confiscados casi cinco mil kilos de arroz, chícharos, azúcar, espaguetti y casi 200 latas de sardinas en una casa que funcionaba como almacén en la ciudad de Guantánamo.
Los alimentos decomisados pertenecían a los módulos alimentación que se venden a la población, según detalló en redes sociales el periodista Miguel Reyes Mendoza.
En el operativo -asumido de conjunto por la Policía y el Ministerio del Interior (MININT)- fueron incautados 3,148 paquetes de un kilogramo de arroz; 1,296 de chícharos; 1,829 de azúcar; 1,000 de espaguetti y 195 latas de sardinas.
La información precisa que fueron detenidas tres personas que están siendo procesadas preliminarmente por los delitos de Especulación y Acaparamiento. La nota oficial no identificó a los detenidos.
La magnitud del defalco ha puesto en evidencia la presunta corrupción institucional que hay detrás de tal desvío de recursos al mercado negro, algo puesto en evidencia por el propio periodista oficialista.
"¿Y quién o quiénes desviaron esos recursos del Estado que llegan por la vía de los Almacenes Universales e involucran también en su distribución a la Mayorista y al Grupo Empresarial de Comercio? Hace falta que también se den a conocer a los malhechores", concluyó Reyes Mendoza.
En los más de 200 comentarios de la publicación, muchos internautas coincidieron en que tal desvío de alimentos no lo hace un solo trabajador y que en ese caso debe haber implicados varios directivos.
"Bien importante la pregunta formulada en el último párrafo. Tanta mercancía no se transportó ni en una mochila ni en una carretilla", opinó un guantanamero.
"¿Hastá cuándo? Nombres, eso no lo hace un simple trabajador. Hay muchos detrás de todo eso y quedan impunes siempre. Lo de comercio y la mayorista es inaguantable y repugnante. Se sabe lo que hacen y nadie los toca. En el mercado negro siempre aparecen los productos antes q los distribuyan en la canasta básica. ¿Quién eso, o es que nadie lo sabe?", cuestionó otro internauta indignado.
"Hagan operativos en la vivienda de administradores, almaceneros y hasta simples dependientes de bodegas y verán todo lo que encontrarán... Y el pueblo sufriendo y muriendo de hambre", recomendó una tercera comentarista.
Tampoco faltó quien remitió al aceite y al café como otros productos desaparecidos de la venta normada y que se encuentran por montones en el mercado negro.
La corrupción en el ámbito estatal es un mal de larga data en Cuba, que suele dispararse en épocas de aguda crisis económica como la que atraviesa la isla.
A mediados de junio el administrador de una cafetería estatal en el municipio Guamá, en la provincia de Santiago de Cuba, fue detenido mientras transportaba en una camioneta 1,000 cajas de cigarro y 91 cajas de jugo, según dio a conocer uno de los tantos perfiles oficialistas que están documentando la Cruzada contra las ilegalidades en el país.
En ese caso la información precisó que el directivo pillado in fraganti era administrador de la cafetería de la terminal de la citada localidad, aunque tampoco precisó la identidad del directivo ni otros detalles sobre las circunstancias del incidente.
Cuba figuró el pasado año entre los 50 países más corruptos del mundo, según el Índice de Percepción de la Corrupción 2022 elaborado por la ONG Transparency International, dado a conocer a inicios de este año.
La puntuación ubicó a la isla en el puesto 45 de 100, donde 100 indica el país menos corrupto y el número uno el de mayor problema con este mal. Cuba incluso cayó un punto en comparación con similar listado de 2021. El ranking, principal indicador mundial de la corrupción en el sector público, sitúa a la Isla en el puesto 65 entre 180 naciones.
Transparency International recomendó a los gobiernos abrir espacios para incluir a los ciudadanos en la toma de decisiones, desde activistas y empresarios hasta comunidades marginadas y jóvenes, para que todos en su conjunto puedan enfrentar la corrupción.
En los últims meses tanto la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) como el Ministerio del Insterior (MININT) han lanzado una ofensiva en redes sociales en su voluntad de visibilizar los decomisos de productos destinados a la venta en el mercado negro, al tiempo que elogian la rapidez con que se persiguen esos delitos.
Tales gestos tienen lugar en medio de un marcado incremento de la delincuencia en Cuba, que en los últimos meses ha dado un fuerte golpe a lo que el régimen durante décadas defendía como uno de sus baluartes: la seguridad ciudadana.
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