Un anciano cubano excombatiente de las guerras de Angola y Etiopía sobrevive comiendo sobras que encuentra en las calles de la provincia Holguín, en el actual contexto de inflación y crisis generalizada en la isla.
El hombre, identificado como Julián Hidalgo Expósito, contó al portal independiente Cubanet que a veces pasa hasta tres días sin comer, y cuando el hambre es tan fuerte se come lo que encuentre: "Yo sé que si como del piso me enfermo, pero es peor morir de hambre", afirma.
En un conmovedor relato explicó que "eran cerca de las 3:00 de la tarde y no había comido nada. Me acababa de sentar aquí mismo. Vi ocho o diez trocitos de fongo y pedacitos de lechuga en la acera. Pensé: ‘Si están limpios me los como’. Los cogí, los revisé y me los comí".
Dice que no suele comerse lo que está en el contén de la acera, porque ahí está "la orina, el excremento y otras suciedades". "Yo cojo y me como lo que está más para acá", señaló el anciano, quien actualmente tiene 78 años.
Afirma que hace algunos días un hombre y una mujer botaron dos pedazos de pizza muy cerca de él. "Yo los recogí, vi que estaban limpios, hice mis oraciones y me los comí", subrayó.
Comenta que a pesar de su edad ha estado buscando trabajo porque su chequera de 1.528 pesos mensuales no le alcanza para nada, y que a veces limpia un patio a cambio de dinero o de comida.
"Estos tiempos están malos, malos. No he almorzado y no tengo dinero. Los precios están muy altos. Los vendedores no piensan en la familia. Un vaso de café con leche cuesta 130 pesos, una pizza 90 y un plato de comida 500 pesos", señala.
El anciano denunció que también está enfermo de los ojos y de un oído, y con frecuencia le duelen los pies; pero no ha podido comprar su medicina por falta de dinero.
Según Cubanet, el hombre fue uno de los combatientes cubanos que participaron en las guerras de Angola y Etiopía.
"En 1977 estuve en Huambo, una provincia de Angola. En 1982 combatí en Etiopía. De allí vine con paludismo y desde entonces padezco de ataques epilépticos. Ahora no hay pastillas para tratar mi enfermedad. El otro día me sentí mal. Se me nubló la vista. Me di cuenta que me iba a dar un ataque”. Hace un gesto brusco con el cuerpo y simula una caída. “No me dio tiempo y aterricé", relató el anciano.
Comenta que aunque es veterano de guerra no ha solicitado ayuda al régimen cubano, y que prefiere ir a alguna iglesia donde a veces dan alimentos o pedirle directamente a la gente: "Como van las cosas, no esperes nada bueno de este país", consideró.
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