En un reciente estudio realizado por la Facultad de Medicina de la USP (Universidade de São Paulo) y la AMB (Associação Médica Brasileira), se reveló que los médicos brasileños formados en Venezuela, Bolivia, Cuba y Paraguay tienen el mayor porcentaje de reprobación en la primera fase del Revalida. Esta prueba reconoce la formación médica obtenida en el extranjero para la práctica médica en Brasil.
De acuerdo con los datos presentados, el 90,7% de los médicos formados en Cuba que se presentaron al examen no lograron aprobarlo. De los 300 médicos que se sometieron a la prueba, 272 no lograron superarla.
El estudio también destacó que Venezuela lidera la lista con un 94,6% de reprobación, seguido de Bolivia con un 93,5% y Paraguay con un 85,6%. La media general de reprobación fue del 87,3%.
Mario Sheffer, profesor de la Faculdade de Medicina da USP y uno de los autores del estudio, señaló que es esencial considerar no solo el desempeño individual de los médicos, sino también el origen del diploma y la calidad del curso de graduación en el extranjero. Añadió que el alto índice de reprobación no puede atribuirse únicamente al grado de dificultad de la prueba, ya que algunas escuelas consistentemente tienen peores resultados que otras en las últimas ediciones del Revalida.
El INEP (Instituto Nacional de Estudos e Pesquisas Educacionais Anísio Teixeira) explicó que la prueba Revalida evalúa cinco áreas: clínica médica, cirugía, ginecología y obstetricia, pediatría, y medicina de familia y comunidad. Reconocieron que las preguntas tienen diferentes niveles de dificultad, pero aseguraron que la elaboración y revisión de los ítems del examen son realizadas exclusivamente por profesores de cursos de medicina brasileños.
El alto nivel de la prueba ha sido un tema de debate entre los médicos formados en el extranjero. João Gabriel Rocha Fonseca, médico formado en Argentina, mencionó que la prueba está diseñada para aprobar al mínimo posible y que carece de criterio en su formulación y corrección.
Dada la creciente necesidad de médicos en regiones como la Amazonia y el interior del Nordeste, algunos profesionales sugieren que la validación debería realizarse al menos en las áreas donde los médicos locales no desean trabajar.
La situación plantea un desafío para el sistema de salud brasileño, que debe equilibrar la necesidad de médicos con la garantía de que aquellos que practican en el país tienen la formación y habilidades necesarias para proporcionar atención de calidad.
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