Gracias a la solidaridad de cubanos de buen corazón, una madre y sus tres hijos menores ya no tendrán que vivir con el susto de que su casa se derrumbe sobre ellos en cualquier momento.
Mileisy Rosales Vázquez, residente en Camagüey, recibió una casa adquirida con donaciones de personas que conocieron su caso al denunciarse en septiembre por el periodista José Luis Tan Estrada.
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"¡Habemus Casa! Gente, pudimos comprarle una casita a Mileisy y sus tres niños. Ahora, podrán dormir sin preocupación. Gracias a todos los que de una manera u otra ayudaron...", anunció José Luis el jueves en su Facebook.
El reportero compartió un video de la vivienda, la cual consta de sala, dos cuartos, baño, cocina y patio, y fue entregada con televisor, refrigerador, ventiladores, cocina de dos hornillas y algunos muebles.
Decenas de internautas felicitaron a la familia y agradecieron el gesto de quienes donaron el dinero para comprarle su nueva vivienda.
"¡El pueblo ayudando al pueblo! ¿Para qué sirve el gobierno comunista? Solo sirve para estorbo y estancamiento del desarrollo del cubano", comentó uno.
"Mira cómo se hace justicia social, luchando con esfuerzo para apoyar a los más jodidos, no empobreciendo a todos para que no se note la diferencia. Esto es revolución, esto es cambiar lo que debe ser cambiado, no servir ciegamente a personas que te piden que resistas mientras viven en mansiones con piscinas y banquetes", señaló otro.
A principios de septiembre, Tan Estrada denunció la situación de Mileisy, quien vivía con sus tres hijos de dos, 11 y 12 años junto a su mamá en una casa en peligro de derrumbe total en el reparto Juanito de la ciudad de Camagüey.
El inmueble estaba fabricado de madera que con el paso del tiempo se pudrió, por lo que toda la construcción estaba inclinada hacia un costado sin apoyo alguno y en cualquier momento podía venirse abajo.
La madre contó al periodista que en varias ocasiones los visitaron los trabajadores sociales y registraron en caso, pero nunca resolvieron ningún problema.
Según explicó Tan Estrada, la mujer llevaba más de dos años "planteando su situación a todos los organismos encargados de darle solución a su caso, y explicando el riesgo que representa, principalmente, para la vida de sus hijos pequeños vivir en estas condiciones, pero la respuesta que recibe es 'muela', como ella misma dice".
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