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La subdirectora general de la Dirección de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Johana Tablada, afirmó que, con relación a la muerte del preso político del 11 de julio (11J) Luis Barrios Díaz, Estados Unidos “trata de utilizar este hecho para su politiquería engañosa”.
En una publicación en sus redes sociales, la funcionaria arremetió contra las recientes declaraciones de la embajada estadounidense en La Habana sobre el fallecimiento del prisionero político cubano y acusó al gobierno de EE.UU. de “campeón de la indiferencia ante sus escándalos y abusos y los de sus aliados”, y añadió que “vuelve a hacer gala de la hipocresía, el doble rasero y la demagogia”.
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El texto, que tiene un carácter justificativo ante la avalancha de denuncias y críticas de la comunidad internacional por la muerte de Barrios en La Habana, olvida mencionar las irregularidades y la negligencia médica a la que estuvo expuesto el occiso.
La diplomática solo se limitó a tratar el fallecimiento de “lamentable”, mientras arremetía contra el gobierno estadounidense, siguiendo un libreto sumamente conocido de justificaciones que al régimen cubano le encanta esbozar.
Barrios, de 37 años, murió en la tarde del domingo 19 de noviembre en el Hospital La Covadonga, en La Habana, como consecuencia de complicaciones respiratorias que venía presentando desde agosto.
Sus preocupantes síntomas lo llevaron a ser internado en la enfermería de la prisión 1580 de San Miguel del Padrón y más tarde, trasladado al citado hospital para recibir atención especializada.
No obstante, a pesar de las advertencias médicas, las autoridades decidieron retornarlo a la prisión aludiendo a la falta de recursos para el traslado y vigilancia hospitalaria.
Carlos Hernández, cuñado del manifestante, publicó un video donde denuncia que al prisionero le negaron atención médica pese a que los doctores recomendaron su ingreso inmediato. El pretexto de las autoridades carcelarias fue que no había petróleo para relevar a los policías que debían cuidarlo ni antibióticos en el hospital Miguel Enriquez de La Habana.
Esa decisión conllevó a un deterioro crítico de la salud de Barrios y, al final, a su muerte.
El fallecido cumplía una condena de seis años de cárcel por manifestarse el 11 de julio de 2021. Fue acusado de desorden público y atentado, delitos fabricados por el régimen.
La muerte de Barrios suscitó un llamado urgente del Observatorio Cubano de Derechos Humanos, que reiteró su exigencia de liberación inmediata de todos los presos por motivos políticos y de conciencia en Cuba y recordó que, aunque es un asunto de voluntad política, el régimen cuenta con al menos ocho vías jurídicas para excarcelar o liberar de manera inmediata a todos.
El caso se suma a otras denuncias de reclusos que presentan un evidente deterioro de salud, tal es el caso de Félix Navarro y de José Daniel Ferrer, nombres que la funcionaria Tablada olvida mencionar en sus intervenciones.
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