Una joven cubana recurrió a las redes sociales para visibilizar el caso de un anciano que tocó a su puerta este lunes para pedirle algo de comer. Le explicó que hace dos días no comía nada.
"Este señor que ven aquí dice tener 75 años recién cumplidos y llamarse Jorge Santana Álvarez. Hoy llamó a la puerta de mi casa desfallecido, alegando que hace dos días no ingería alimento alguno y que por su padecimiento de cáncer de próstata no podía estar sin comer, por el tratamiento que lleva", explicó la internauta Lieska Bandera en Facebook.
La fuente añadió que el anciano detalló que había sido "expulsado por su propio hijo de su casa" y que había ido a diferentes instancias sin recibir ayuda.
"Solicita ayuda de las autoridades competentes porque no puede seguir pernoctando en las calles y sin alimentación. Se comió, junto a mi puerta, los alimentos que con él compartimos bajo muchas lágrimas", concluyó Lieska Bandera, que pidió una mirada piadosa para el caso, del que dijo que no es el único.
En las imágenes compartidas se pudo ver al anciano comiendo en una escalera el plato de comida que la joven le sirvió a la puerta de la vivienda de Bandera, luego que la joven lo ayudara con un plato de alimentos.
La fuente no precisó en que provincia ocurrió el incidente. Al cierre de esta nota no hay otros detalles sobre unas dramáticas circunstancias que, efectivamente, se multiplican a lo largo y ancho del país en el último año.
Como este cubano hay cientos en la isla, que salen a las calles a tratar de encontrar qué comer, ya que en sus casas no tienen absolutamente nada, mientras que las autoridades locales no les ofrecen respuesta.
Ancianos marcados por la crisis
Los ancianos son, sin dudas, uno de los grupos más marcados por la crisis de los últimos años. Cada día es más común encontrar en Cuba a personas mayores que sobreviven pidiendo limosnas, buscando restos de alimentos en la basura e incluso durmiendo en la calle.
La mendicidad se ha incrementado de forma notable en la isla en un contexto marcado por la inflación, la escasez de productos básicos y los bajos salarios y jubilaciones.
En los últimos meses personas con alguna discapacidad mental o física y ancianos sin familia o sin casa deambulan solos o a veces acompañados de una mascota. Se les puede ver tirados sobre cartones viejos en calles, parques, portales y paradas de guaguas de todo el país.
Paralelamente, en redes sociales cada vez más cubanos han hecho notar la gravedad del fenómeno de la mendicidad, especialmente entre personas de la tercera edad, una realidad que durante décadas el régimen aseguró que no se podía encontrar en las calles del país.
Un anciano cubano de 89 años admitió que la escasez de alimentos lo está afectando mucho y aprovechó para comparar las últimas décadas en la isla con el tiempo que él vivió antes del 59, donde asegura que podía vivir de su trabajo perfectamente.
“El hambre está acabando conmigo”, admitió en septiembre un anciano de 89 años en sobrecogedoras declaraciones al medio independiente Cubanet.
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