Cuba no alcanzó los 3 millones de turistas extranjeros en 2023

El régimen cubano aspiraba a recibir 3.5 millones de turistas internacionales el pasado año, pero las cifras quedaron más de un 30% por debajo de sus previsiones.

Hotel de Varadero (imagen de referencia) © CiberCuba
Hotel de Varadero (imagen de referencia) Foto © CiberCuba

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A pesar de un aumento general en la llegada de viajeros en 2023, con casi 3.2 millones de visitantes (incluyendo nacionales), Cuba no logró superar la marca de los 3 millones de turistas extranjeros, según la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).

Esta situación contrasta con las aspiraciones del régimen cubano, que cifraba en más de 3 millones su previsión de afluencia de turistas internacionales para el pasado año. También contrasta con el rendimiento turístico de sus vecinos en la región.


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A pesar del desplome sufrido en el sector turístico, en enero de 2023 el ministro de Turismo, Juan Carlos García Granda, declaraba en Madrid que el régimen de la isla esperaba recibir unos 3.5 millones de visitantes a lo largo del año.

Este martes, la ONEI cifraba en 2,4 millones el número de visitantes internacionales, dejando por debajo en más de un 30% las previsiones de García Granda. En contraste con esta decadencia, República Dominicana y México, especialmente destinos como Cancún, experimentaron un auge en la afluencia de turistas extranjeros.

En 2023, República Dominicana recibió más de 6 millones de turistas internacionales, consolidándose como un líder en la industria del turismo en el Caribe. Mientras tanto, Cancún, en México, atrajo a más de 4 millones de visitantes solo en ese año.

La disparidad entre estos destinos turísticos revela la compleja situación que enfrenta Cuba. Especialistas como el catedrático e investigador cubano José Luis Perelló advierten que, a pesar del repunte en la actividad turística, la isla caribeña está inmersa en una de las crisis más profundas de las últimas dos décadas, según reconoció la propia agencia oficialista Prensa Latina.

Factores como la competencia con destinos cercanos en el área del Caribe, problemas internos en la economía cubana y las restricciones impuestas por Estados Unidos complican aún más la situación.

Mientras las autoridades cubanas buscan diversificar las ofertas turísticas, con enfoques en historia, cultura, naturaleza y aventuras, la brecha con respecto a sus vecinos en la región destaca el fracaso de la apuesta del régimen cubano por el turismo internacional.

Las cadenas hoteleras, en especial la española Meliá –que ha aumentado su presencia en Cuba-, no escapan de la crisis de insumos y alimentos en el país, algo que también han padecido los viajeros junto con la escasez generalizada en el país, la suciedad y el ambiente opresivo que se respira en la Isla.

A finales de año, una turista y bloguera rusa relató cómo fue su estancia de 16 días en el hotel cinco estrellas de Varadero, Iberostar Laguna Azul, una experiencia que calificó de “difícil”, y que decidió acompañar de algunos consejos para quienes estén dispuestos a afrontar una aventura similar.

“Sin propina no eres nada”, fue la primera de una larga lista de recomendaciones que la autora del blog Viajar con una cámara deslizó a sus lectores. La bloguera aseguró que en Cuba "el culto a las propinas se ha elevado a una especie de nivel salvaje", y por eso invitó a dejar "dólares o regalos” por doquier como única salida para recibir un servicio mínimamente digno.

Para que cambien las toallas, limpien mejor tu habitación, te sirvan un mejor ron en tu cóctel, para que una camarera no ignore tu petición si le pides un vaso de agua, para todo la misma solución: propinas o regalos.

“No, no me importa agradecer a alguien por un trabajo bien hecho. Siempre dejo propinas en cafeterías, restaurantes, incluso en gasolineras y taxistas. Pero en Cuba el culto a las propinas se ha elevado a una especie de nivel salvaje. Así, los turistas traen chocolates, cosméticos, medias y otras cosas para el personal con la esperanza de recibir algo remotamente parecido a un servicio normal. Pero incluso con una montaña de ‘gratitud’, esto no siempre funciona”, apuntó.

A finales de mayo, agentes de la industria hotelera rusa aconsejaron a los turistas de su país que viajan a Cuba hospedarse en hoteles con chefs no cubanos, en medio de la grave escasez de alimentos en la isla.

De acuerdo con la plataforma TourDom, la comida es un problema frecuente en Cuba y su calidad es el principal motivo de queja de los viajeros.

"La opinión es que la opción más ventajosa es buscar un hotel donde haya no cubanos en la cocina. Entonces, chefs turcos fueron traídos especialmente al PGS Varadero Hotel 4+, sabiendo del problema. Puedes elegirlo solo por la comida, pero por lo demás un hotel promedio", advirtió el encargado de una agencia rusa de turismo al sitio.

En julio del pasado año, un turista mexicano relató su experiencia en un hotel de Varadero, donde la comida estaba tan mala que él y su pareja tuvieron que ir a cenar a un restaurante privado. "Tercer día en Varadero, Cuba, y ahora sí, nos vamos a cenar por fin a un lugar decente, porque la comida del hotel está horrorosa", reconoció en sus redes sociales.

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