Testimonio del periodista independiente detenido en Villa Marista

Lo esposaron, lo metieron a un vehículo del G2 y lo trasladaron a la capital cubana con los brazos y la cabeza entre las piernas.

José Luis Tan Estrada/Villa Marista © Facebook/Captura de Facebook
José Luis Tan Estrada/Villa Marista Foto © Facebook/Captura de Facebook

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El periodista independiente cubano José Luis Tan Estrada reveló detalles de su última detención en el cuartel de la Seguridad del Estado en La Habana Villa Marista, y afirmó que seguirá defendiendo e informando la verdad.

En un video publicado en su perfil de Facebook, el camagüeyano afirmó que lo que sería un viaje de ida y regreso a La Habana el pasado 26 de abril se convirtió en días difíciles en Villa Marista.


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Primero fue secuestrado del autobús donde viajaba a la altura de la provincia Mayabeque. De allí lo sacaron agentes de la Seguridad del Estado gritando delante de todos los pasajeros que estaba detenido por mercenarismo.

Lo esposaron, lo metieron a un vehículo del G2 y lo trasladaron a la capital cubana con los brazos y la cabeza entre las piernas.

"Me llevaron a Villa Marista, el dolor de la espalda era muy grande, la opresión de las esposas sentía que tenía las manos frías e hinchadas", relató.

Afirma que los agentes le dijeron que no se quejara o sería acusado de "desobediencia y desacato".

Al llegar al cuartel Tan Estrada, reportero del medio independiente Cubanet, fue obligado a desnudarse varias veces. Le revisaron la ropa, los lentes, le buscaron una enfermera y lo pasaron a otro cuarto donde lo mandaron a desvestirse una vez más.

Explica que luego le "entregaron una ropa de preso, y me dijeron que a partir de ese momento estaba prohibido decirle mi nombre a nadie, o responder por mi nombre, que a partir de ahora yo era el prisionero 3489 y que tenía que responder por ese numero", señaló.

Dijo que estuvo en una celda con tres prisioneros y después lo trasladaron a una celda de aislamiento donde no vi la luz del sol y estuvo sometido a constantes torturas psicológicas, hambre, sed e interrogatorios repentinos.

"Las torturas eran terribles, subían y bajaban la temperatura de la habitación, sentía mucho calor o mucho frío. Un represor entraba y decía hace mucho frío aquí, y apagaba el split. Entonces cuando ya tenía mucho mucho calor entraba otro y ponía el equipo en la temperatura más baja", detalló.

En la celda donde no ves el sol y tienes dos luces encendidas de forma permanente pierdes la noción del tiempo. Explica Tan Estrada que para desorientarlo aún más le llevaban el almuerzo y rato después le decían que era la hora del desayuno.

También como tortura psicológica para desorientarte me ponían periódicos con diferentes fechas, lo que hizo que perdiera la noción de los días, explicó.

Durante su estancia en Villa Marista al periodista independiente no le facilitaron ropa interior ni cepillo de dientes. Asimismo, se agravaron sus problemas estomacales que le provocaban una acidez terrible.

El desayuno era una tisana agria con pan duro, para el almuerzo daban un picadillo muy salado, agregó.

El periodista, que quiso contar su testimonio con motivo del 3 de mayo, día mundial de La Libertad de Prensa, afirmó que los represores le dijeron que había sido detenido por incitar a los cubanos a no asistir a la marcha del Primero de Mayo, y lo acusaron de llevar consigo un maletín con propaganda enemiga.

Tan Estrada asegura que solo viajaba con una mochila.

Los represores le dijeron que Cubanet era un medio mercenario, y lo amenazaron con procesarlo por las ayudas humanitarias que entrega a familias desprotegidas en Camagüey. Lo acusaron de querer subvertir políticamente a las personas que reciben esas ayudas.

Tan Estrada denuncia la impunidad de los represores de Villa Marista, porque saben que los trasladados a ese centro no pueden entrar teléfonos ni ningún medio de grabación y se encuentran en total indefensión.

Antes de liberarlo con 4,000 pesos de multa le insistieron en que se fuera del país porque "nosotros no vamos a dejar que tú seas nadie", le advirtieron.

"Fueron días de hambre, de sed, de tortura psicológica, de desesperación, no podías dormir con esas dos luces permanente, y cuando estabas tratando de dormir te despertaban para un supuesto interrogatorio donde repetían lo mismo", relató.

Al final de su mensaje contó que seguirá haciendo periodismo independiente en Cuba y especialmente en Camagüey: "no me van a callar", expresó.

"Estos mecanismos de tortura nos dan más fuerzas para seguir luchando contra la dictadura. (...) Después de esto pienso en cómo estarán nuestros presos políticos y por ellos también hay que seguir luchando", subrayó.

Este año Cuba repitió como el peor país de América Latina en libertad de prensa.

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