El secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Ulises Guilarte de Nacimiento, ha reconocido la incapacidad de la organización sindical que dirige para solucionar "todos los problemas", pero entiende que si los trabajadores ven a sus representantes sindicales hablando de lo que les preocupa, les van a creer.
"Si la gente nos ve debatiendo los asuntos que constituyen sus preocupaciones, sus insatisfacciones, que estamos generando el efecto propositivo para mejorarle las condiciones salariales y laborales, la gente creerá en la labor y la utilidad de su sindicato", dijo sin ningún pudor.
Si bien en cualquier país democrático, los sindicatos habrían llamado ya a una huelga general para reclamar al Gobierno salarios que cubran las necesidades básicas de las familias, en Cuba hablan de convencer a través del discurso. Y no sólo eso, aspiran a movilizar a la clase obrera para, "a través de los métodos, prácticas y acción sindical, elevar el desempeño eficiente de la economía cubana", que no ha conseguido ser eficiente en los últimos 65 años.
Guilarte de Nacimiento hizo estas declaraciones en la conferencia municipal de la CTC en el Cotorro (La Habana), donde también estuvo el primer secretario del Partido Comunista en La Habana. En su discurso, Liván Izquierdo Alonso aseguró que Fidel Castro había dejado todo organizado en Cuba y animó a los asistentes a la reunión a "identificar distorsiones", dijo sin aclarar a qué se refiere exactamente, pero recalcando que el mejor momento para "evaluar esas distorsiones" es en las asambleas de los trabajadores. En ese marco, añadió, es donde se debe debatir qué hacer y cómo resolverlas.
Fiel al discurso propagandístico del PCC, Izquierdo añadió que todos los acuerdos que se adopten deben ir dirigidos "a resolver los problemas que hay en cada lugar". Con esa filosofía podría empezar por La Habana, arreglando el tema de la recogida de basura. En la capital del país se dejan sin recoger cada día el equivalente a tres piscinas olímpicas de desechos.
Impago de sueldos
En abril pasado el régimen cubano reconoció impagos de salarios y pensiones por falta de dinero. En una reunión del Consejo de Ministros, dirigentes del país admitieron no tener liquidez para abonar los sueldos y el retiro de los mayores. El propio Ulises Guilarte de Nacimiento, asumió que en varios sectores de la economía del país se ha incrementado el impago a los trabajadores y que hay malestar en los colectivos laborales por esa razón. También alertó de que existen más de 300 empresas con pérdidas, y en ellas una cifra significativa de trabajadores que ven limitados sus beneficios económicos y la posibilidad de mejorar los ingresos. Según explicó, esta situación es consecuencia del descontrol y de la ineficiente gestión de las administraciones de las empresas estatales.
En ese momento el primer ministro Manuel Marrero culpó de esta situación a los responsables de las empresas. Al parecer, Sancti Spíritus es unas de las provincias más afectadas por el impago de sueldos que afectan a sectores clave como la agricultura. Pero no es el único territorio con morosidad estatal. Los empleados de una granja agrícola del Estado, ubicada en el kilómetro 1 de la carretera Jamaica- Támez, en la provincia de Guantánamo, llevaban en abril cuatro meses sin cobrar.
Mientras los trabajadores sufren los impagos, en Holguín un grupo de dirigentes, algunos vinculados a la industria alimentaria y agroindustrial, celebraron una fiesta que pretendían que no llegara a las redes sociales, pero el vídeo llegó y se vio participando del festín a Norge González, viceintendente para los programas agroalimentarios del Poder Popular; Carlos Manuel Céspedes, jefe de la Empresa Agroindustrial de Báguanos, y un funcionario de la Contraloría Provincial, identificado como Ovidio que dio un emotivo discurso en el que destacó que en esa fiesta sin escasez estaban las personas que tenían que estar.
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