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Lo que debería ser y siempre ha sido una organización discreta, está ahora de escándalo en escándalo en Cuba. Cuatro logias masónicas de la Isla han sido suspendidas tras negarse a reconocer el liderazgo del Gran Maestro Mario Urquía, muy cuestionado después de oponerse a acatar su expulsión, decretada por el Supremo Consejo en enero de este año, tras el robo de 19.000 dólares de su oficina.
Según publica Cubanet, las logias suspendidas son Evolución, de Artemisa, y las habaneras General Guillermo Moncada, Luz de Marianao y Carlos Manuel de Céspedes. La sanción que les afecta, impuesta cuatro días después de las protestas a las afueras de la Gran Logia de Cuba, se extenderá hasta que se celebre la próxima sesión de la Alta Cámara, ya que Urquía considera que están violando las leyes, la Constitución masónica y los Antiguos Límites de la Masonería.
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El Gran Maestro de la Logia de Cuba, Mario Urquía, envió este 24 de julio un mensaje a los cerca de 200 masones cubanos que protestaron el día 23 ante el Gran Templo Nacional Masónico, exigiendo que dimitiera de su cargo. En un mensaje al que tuvo acceso Cubanet, Urquía criticó que algunos miembros de su jurisdicción pusieran sus intereses personales "por encima de los intereses de la Institución". Además, señaló que la manifestación empezó frente al edificio y terminó en el lobby del piso 11, ante la oficina del Gran Maestro.
En esa carta enviada a los masones, Urquía arremete contra la periodista independiente Camila Acosta, a quien acusa de dominar información a la que "un profano" no debería tener acceso y denuncia la supuesta infiltración en la Gran Logia de elementos disidentes. “Se ha notado por parte de algunos hermanos muestras claras de arremeter directamente contra Instituciones del gobierno con marcadas posiciones políticas, que para muchos se encuentran disfrazadas de supuestos motivos masónicos", señaló.
Según los testimonios recogidos por Cubanet en esa manifestación frente a la Gran Logia de Cuba, los masones explicaron que estaban allí protestando después de que el Ministerio de Justicia de la Isla rehabilitara a Urquía tras ser expulsado de sus cargos por "atentar contra la moral" y "por traición a sus principios". La protesta, por tanto, no iba sólo contra el Gran Maestro, sino también contra la intromisión del régimen en los problemas internos de los masones cubanos.
Un aviso de la Gran Logia de Cuba, divulgado a través del mural informativo ubicado a la entrada del Templo Nacional Masónico, cita a todos los presidentes de las logias a un encuentro este jueves con Caridad Diego, jefa de la Oficina de Atención a Asuntos Fraternales y Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, que tendrá lugar en la sede del Gobierno de La Habana Vieja.
El detonante de este conflicto fue el decreto 1791 de 19 de julio con el que Urquía suspendió el Tratado de Amistad y Mutuo Reconocimiento entre la Gran Logia de Cuba y el Supremo Consejo. De esta forma hizo saltar por los aires dos siglos de unidad y paz masónica ya que obliga a los masones a elegir entre una y otra institución y pone en peligro el reconocimiento internacional de la orden cubana.
El mismo 23 de julio, el Ministerio de Justicia de Cuba emitió una nota informativa en la que aseguró haber detectado "irregularidades por incumplimiento de sus estatutos internos" tras la expulsión del Gran Maestro y por ello ordenó "realizar esos procesos nuevamente en correspondencia a los estatutos y la voluntad de sus integrantes".
Finalmente el Gobierno cubano cedió ante protestas de los masones y aceptó que se celebren elecciones. Se trata de un hecho inédito en la historia de la masonería cubana, que incluyó manifestaciones contra el Gran Maestro de la Orden, expulsado por corrupción y restituido por el régimen por ser leal a él.
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