Tras un reciente análisis sobre el impacto del aumento en el consumo de drogas en la isla, el régimen señaló a los cubanos residentes en el exterior como los principales responsables de la situación.
En el programa oficialista Mesa Redonda, el Coronel Juan Carlos Poey Guerra, jefe del órgano antidroga del Ministerio del Interior (MININT), expuso que el estudio reveló que las mayores afectaciones provienen del exterior, lo que ha llevado a una intensificación de las operaciones.
En tal sentido, manifestó que se mantiene la intencionalidad de comunitarios de introducir enervantes al territorio nacional a través de la vía aérea, con el empleo de pasajeros, cargas y envíos postales, combinando modos de operar y enmascarar tradicionales con otros novedosos, así como la triangulación de operaciones.
Justo por ello, expuso que se han registrado intentos desde al menos diez países, utilizando métodos tradicionales y novedosos, de acuerdo con lo expuesto por Cubadebate.
El Ministerio del Interior identificó que Estados Unidos resulta el principal origen de las drogas, especialmente cannabinoides sintéticos en diversas presentaciones, que elevan los niveles de adicción y riesgo para la salud.
“Esto se ha apreciado puntualmente, a partir de las investigaciones realizadas, fundamentalmente en municipios como La Lisa y Arroyo Naranjo, en donde se han realizado acciones de enfrentamiento a este tipo de drogas para que no se desarrolle y se articule su circulación en el territorio nacional”, refirió.
El informe de la entidad castrense destaca un incremento notable en la presencia de drogas en el mercado interno, con un aumento en la incidencia de cocaína, a diferencia de la marihuana, que solía ser la sustancia más incautada.
Este cambio en el patrón de consumo se atribuye a la activación de rutas marítimas cercanas a Cuba y al papel de elementos inescrupulosos que intentan introducir drogas en el país a través de las costas.
También subrayó el desarrollo de operaciones de tráfico que combinan el transporte de personas y drogas, representando un grave problema de seguridad nacional. La intervención del sistema militar se ha intensificado para enfrentar este fenómeno, que pone en riesgo la vida humana y la estabilidad del país.
Además, el MININT reconoció la creciente importación de cigarros electrónicos y productos de confitería que contienen drogas, provocando intoxicaciones puntuales.
Al tiempo que las provincias más afectadas por el cultivo ilegal de marihuana incluyen Granma, Santiago de Cuba, Holguín, Las Tunas, Camagüey, Guantánamo, Ciego de Ávila, La Habana, Matanzas y el municipio especial Isla de la Juventud.
No es la primera vez que el régimen acusa a los cubanos residentes en el exterior, pues en febrero de 2022 los culpó de organizar operaciones de narcotráfico, tras registrar en 2021 un incremento en la cantidad de recalos de drogas al territorio nacional.
El Ministerio del Interior informó que en ese año pasado hubo 295 hechos de recalos, 142 más que en 2020, lo que representa 2,338.64 kilogramos de drogas incautadas, según datos que divulgó el periódico oficialista Granma.
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