La abogada de Yarinel Martínez Maqueira, el cubano involucrado en el asesinato de tres personas en La Paz, Bolivia, para robarles el dinero que pretendían cambiar por dólares, afirmó que su defendido fue contratado para brindar protección durante el traslado del efectivo y que una prueba de balística determinará quién fue el autor material del crimen.
En recientes declaraciones a la prensa local, Mónica Irusta sostuvo que Martínez habría participado en calidad de seguridad, con el objetivo de resguardar los 700,000 bolivianos que debían pagar las víctimas por la adquisición de 100,000 dólares que supuestamente les venderían los acusados en el caso.
Según Irusta, al cubano le habían prometido un pago de 10,000 bolivianos por ese trabajo.
“No pedimos la libertad simple de mi defendido, pero debe hacerse una diferenciación en el grado de participación en este lamentable hecho”, puntualizó.
Martínez fue detenido el martes pasado, al igual que los bolivianos Omar y Norman Copaja Chuquimia y Jorge Catalán Osinaga, por su presunta implicación en el asesinato a tiros de tres jóvenes el sábado 24 de agosto, cuando se dirigían a la zona de Los Yungas, adonde llevaban a sus víctimas con la falsa promesa de efectuar la transacción monetaria “a un precio accesible”, según el informe de las autoridades.
Los sospechosos mataron con un arma de fuego a Verónica Aguirre, de 34 años; Domingo Santos Mamani, de 33, y José Luis Vargas, de 27; un crimen calificado por las autoridades bolivianas como una ejecución.
Según arrojó la pericia policial, las tres víctimas presentaban heridas infligidas por arma de fuego en la cabeza, “desde la nuca hacia delante”, informó el martes el ministro de Gobierno de Bolivia, Eduardo del Castillo, en una conferencia de prensa.
“Han sido ejecutados”, afirmó el alto funcionario, quien añadió que los tres tenían también heridas en la zona del cuello, provocadas por un arma punzocortante, posterior a su muerte.
Del Castillo señaló entonces que los cuatro arrestados son responsables de las tres muertes y enfrentan cargos por asesinato, un delito que conlleva una pena máxima de 30 años de prisión.
En una audiencia realizada el pasado 28 de agosto, la justicia determinó que todos los imputados fueran enviados de manera preventiva a Chonchocoro, la cárcel de máxima seguridad en Bolivia.
Sin embargo, la representante legal del cubano abogó por que se diferencien los grados de participación en el crimen, lo cual dijo fue objetado en la audiencia.
“No podemos meterlos a todos en la misma bolsa porque resulta incoherente que cuatro ciudadanos percutan el arma. Entonces, ha tenido que haber una persona que es el principal autor, quien ha percutado esa arma”, alegó. “Eso ya se va a saber, yo estimo que en un mes, porque se ha realizado la prueba de guantelete a los cuatro ciudadanos”.
La letrada afirmó que están analizando aún cuál será la figura (cargo) por la que sería encausado el cubano. “Eso lo determinará la prueba clave, que es la prueba de guantelete”, subrayó.
Según el informe policial, las víctimas del brutal crimen fueron convencidas de realizar la compra de dólares por Omar Copaja Chuquimia, quien la prensa boliviana identifica como un amigo de la infancia de Domingo Santos Mamani, aunque las autoridades los habían señalado inicialmente como familiares.
Copaja le ofreció la divisa a Mamani a un precio accesible de 7.10 o 7.50 bolivianos por dólar, según las distintas versiones que se han dado de los hechos. Ese monto es muy cercano a la tasa oficial de cambio (1 dólar x 6.96 bolivianos), pues en la actualidad los librecambistas ofrecen la moneda estadounidense a más de 11 bolivianos.
Para hacer la transacción, persuadieron a los tres jóvenes de viajar desde El Alto hasta Los Yungas, donde otra persona los esperaría con los dólares.
Dado el vínculo entre ambos hombres, las víctimas no desconfiaron y abordaron un minibús alquilado por Copaja, que los trasladaría al lugar. En el vehículo iban también los otros tres sospechosos.
Durante el trayecto hacia Los Yungas, los acusados convencieron a los jóvenes de detenerse para “bendecir” el dinero que iban a cambiar, aunque se presume que su intención era verificar el monto que llevaban. Posteriormente, continuaron viaje hasta la localidad de Unduavi y, en una zona conocida como “Tres Marías”, los ultimaron a tiros para robarles.
Los cuerpos fueron hallados el lunes por un agricultor, en una caseta de madera y calamina.
Luego de las indagaciones preliminares, la Policía detuvo a los cuatro sospechosos el 27 de agosto y realizó el allanamiento de dos inmuebles.
Martínez fue arrestado en una vivienda en construcción que cuidaba en la zona de Ciudad Satélite, en El Alto. En ese domicilio, los agentes hallaron el arma de fuego, calibre 9 milímetros, que fue utilizada para asesinar a las víctimas, y proyectiles calibre 7.62 mm, que son usados como munición de armas de grueso calibre.
La Policía también encontró allí una mochila con 2,800,000 bolivianos, que fueron sustraídos a las tres víctimas, informaron las autoridades.
Según el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de La Paz, René Tambo, los asesinos planificaron el crimen con unas dos semanas de anticipación.
“Cada uno de los involucrados ya tenía asignada su ‘tarea’, habían recorrido la ruta y determinado sus acciones”, aseguró una reportaje del diario Opinión. “No tenían dólares; su intención era robarles el dinero y acabar con sus vidas”.
El brutal crimen ha causado gran conmoción e indignación en Bolivia. Las investigaciones del caso continúan y se estima que, en seis meses, la Fiscalía presente una resolución de acusación y los imputados sean llevados a juicio ante un tribunal.
El cubano Yarinel Martínez Maqueira es natural de Nueva Gerona, Isla de la Juventud, adquirió la residencia definitiva en Bolivia en 2023 y tiene un hijo de cinco años nacido en el país sudamericano.
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