El decomiso de varios camiones con alimentos pertenecientes a campesinos en Santiago de Cuba ha desatado una ola de indignación en las redes sociales.
El periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada denunció el suceso a través de su perfil de Facebook, señalando que la policía confiscó las mercancías en el lugar conocido como "El Fuego".
Los campesinos afectados habían trabajado arduamente para transportar sus productos desde el campo hasta la ciudad, pero eso no les interesó a las autoridades. Debido a ello, en la sección de comentarios de la publicación, numerosos usuarios expresaron su descontento.
Carmen Rumayor, una de las internautas, escribió: "Ese campesino trabajó muy duro su tierra y sin darles recursos para vender sus mercancías, para que vengan con esos abusos y chantajes. Esos policías deberían estar en los lugares vulnerables donde hay robos y violencia, como la terminal de calle 4, en lugar de molestar a los guajiros."
Otro usuario, Roberto, también compartió su frustración: "Con tantos crímenes que hay, estar pendiente de un camión con alimentos para el pueblo... ¡Dios, es un DESASTRE!"
La acción de las autoridades ha provocado un debate sobre la falta de apoyo a los campesinos y las prioridades de la policía en medio de la crisis alimentaria que enfrenta el país.
Mientras los agricultores luchan por llevar alimentos a la población, los decomisos representan un obstáculo adicional para quienes dependen de la venta de sus productos para sobrevivir.
Situaciones como esta no son nuevas. Hace unos meses, Carlos Díaz y Joelkis Díaz, un matrimonio cubano y ambos de 58 años, sufrieron el decomiso de dos vacas que tenían desde hace dos décadas y media, por parte de la delegada de Agricultura en Boyeros, Yisel Rodríguez.
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