Más de 300 niños de Pilón darán clases en casas de campaña tras sismos

Tras los sismos en Pilón, Granma, 350 niños reciben clases en casas de campaña instaladas en una base militar. Las estructuras buscan garantizar la educación mientras se reparan las escuelas dañadas.

Casas de campaña, en instalaciones militares, convertidas en aulas Foto © Collage Facebook / Jorge Luis Ríos Frías

Tras los sismos ocurridos el pasado 10 de noviembre, que dejaron daños significativos en la infraestructura escolar de Pilón, en la provincia de Granma, unos 350 niños han tenido que trasladarse a una escuela de campaña instalada en una base militar con el apoyo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).

El periodista Jorge Luis Ríos Frías informó en Facebook que el nuevo centro, bautizado como “Amiguitos de las FAR”, acoge a los estudiantes del seminternado Augusto César Sandino, una de las instituciones más afectadas.

Captura de Facebook / Jorge Luis Ríos Frías

Ríos afirmó que el lugar cuenta con las condiciones necesarias para garantizar la calidad del proceso docente, destacando que las casas de campaña, ahora convertidas en aulas, buscan asegurar la continuidad del proceso educativo. Según sus palabras, esto constituye “una prioridad para el sector educacional del municipio”.

“Con esta iniciativa las FAR, en franca cooperación, reafirma el compromiso de favorecer el desarrollo y bienestar del pueblo cubano”, señaló el periodista vocero del régimen.

Mientras tanto, las familias de los niños esperan que las reparaciones en los planteles dañados avancen con celeridad para devolver a los estudiantes un entorno más estable y adecuado para su formación.

Desde el 10 de noviembre, cuando un sismo premonitorio de magnitud 6.0 y un terremoto principal de 6.7 sacudieron la región, especialmente el municipio de Pilón en Granma, la población ha enfrentado días marcados por la incertidumbre y el temor.

Este jueves se registró un sismo de magnitud 4.0 que, aunque afortunadamente no causó daños materiales ni pérdidas humanas, fue perceptible en la provincia de Granma, especialmente en el municipio de Pilón, situado a solo 19 kilómetros del epicentro.

Una semana después de los potentes sismos que sacudieron el oriente cubano, los vecinos de Pilón, enfrentan una realidad difícil: siguen viviendo en casas de campaña mientras lidian con la incertidumbre, el miedo y la falta de recursos básicos.

El gobierno dispuso las casas de campaña para albergar a familias damnificadas, una medida que provocó críticas por su alcance limitado y la falta de atención a otras comunidades igualmente afectadas.

Hasta el momento, los terremotos han dejado un saldo de diez personas heridas y al menos 3,752 edificaciones dañadas, según cifras oficiales del gobierno.

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