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El Cuarto Período Ordinario de Sesiones del Parlamento cubano, correspondiente a la X Legislatura, se celebrará del 18 al 20 de diciembre, según anunció el Secretario de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) y del Consejo de Estado, Homero Acosta Álvarez, durante su reciente intervención en el programa televisivo Mesa Redonda.
El evento se llevará a cabo en un contexto de profunda crisis económica, marcada por la inflación, apagones diarios, masivos y prolongados, y un creciente descontento social. Según Acosta Álvarez, en la cita se abordarán temas de impacto para la nación y se tendrán en cuenta las preocupaciones y críticas planteadas por la población durante las reuniones celebradas a nivel municipal para la “rendición de cuentas del delegado a sus electores”.
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“Se presentará una agenda centrada en los principales problemas que afectan a la población y las acciones que desde el órgano legislativo se realizan para contribuir a su solución”, comentó el dirigente.
Además, Acosta Álvarez afirmó que el Parlamento analizará temas relacionados con la economía, el presupuesto estatal para 2025, la lucha contra la corrupción y el seguimiento a acuerdos previos. También se abordarán temas como la actualización del Código de Trabajo, el incentivo a la inversión extranjera y la implementación del proceso de bancarización de operaciones financieras.
Proceso de rendición de cuentas en tiempos de crisis
Acorde al medio oficialista Cubadebate, el secretario de la ANPP afirmó que, después de dos años sin rendir cuentas, en todo el país los delegados rindieron cuenta a sus electores, “con resultados satisfactorios” en los meses de octubre y noviembre.
Sin embargo, son muchos los ciudadanos que denunciaron que el proceso resultó el mismo simulacro de siempre, marcado una vez más por la presencia policial, la baja participación, las consignas y una “contingencia energética” que dio al traste con la inexistente rendición de cuentas.
En el espacio televisivo, Acosta Álvarez refirió que el proceso se desarrolló “en medio de una coyuntura económica compleja, marcada además de por el recrudecimiento del bloqueo, por las tensiones de los últimos meses en que se han presentado dificultades con el Sistema Eléctrico Nacional y afectaciones por fenómenos naturales”.
No obstante, informes independientes reportaron múltiples cancelaciones de reuniones y limitaciones operativas. En 2023, las sesiones fueron suspendidas debido a la falta de combustible y problemas organizativos.
En septiembre de 2024, el proceso se retomó en medio de protestas y una crisis energética persistente. Las asambleas municipales enfrentaron constantes interrupciones debido a problemas técnicos y logísticos, y algunas llegaron a celebrarse en medio de apagones, problemas de abastecimiento de agua y recogidas de basuras, además de atrasos en la distribución de alimentos.
La Marcha del Pueblo Combatiente al final de las sesiones
El anuncio del nuevo período legislativo ocurre en medio de una situación socioeconómica crítica. La economía cubana enfrenta contracciones severas debido a la disminución de exportaciones, la caída del turismo y la reducción de remesas.
A esto se suma la inestabilidad energética que ha generado apagones prolongados, afectando la vida cotidiana de millones de cubanos. No obstante, para Acosta Álvarez, el fantasmagórico proceso de rendición de cuentas resultó un “ejercicio de democracia que ratificó la confianza de los cubanos en su sistema político y en el legislativo”.
El país sufre una inflación galopante, con escasez de alimentos, precios disparados y salarios establecidos en tiempos de un "ordenamiento económico y monetario" reconocido como fracasado. El país colapsa: un desastre humanitario transcurre en una pintoresca isla tropical sin servicios públicos y con ciudadanos que sobreviven sin derechos ni libertades, pero "confiados en su sistema político".
Un régimen que construye semejante "legitimidad", donde los "ejercicios de democracia" conducen a ratificaciones unánimes de su "orden revolucionario", no puede menos que sellar las sesiones de la ANPP con una Marcha del Pueblo Combatiente, convocada por Miguel Díaz-Canel para denunciar frente a la embajada de Estados Unidos la política hostil y el embargo a los que achaca la situación del país.
Parlamento sin verdadera representación ciudadana
Desde su creación, la Asamblea Nacional ha sido un instrumento del Partido Comunista de Cuba (PCC) para consolidar el control estatal. No existen elecciones libres ni multipartidismo, y todos los diputados son seleccionados por el propio régimen.
La supuesta “rendición de cuentas” es vista como un ejercicio simbólico, sin impacto real en la formulación de políticas públicas. El carácter unipartidista y autoritario del régimen cubano limita cualquier posibilidad de debate plural.
La Asamblea Nacional, controlada en su totalidad por el PCC, actúa como un mecanismo de validación de políticas gubernamentales previamente decididas, sin espacio para la representación genuina de la sociedad civil.
El propio Díaz-Canel defendió en julio de 2024 el papel del Parlamento, asegurando que el voto unánime es el resultado "de largas e intensas jornadas de trabajo, de debate y de búsqueda de consenso en función del interés colectivo", una afirmación cuestionada por analistas y ciudadanos que enfrentan precariedad y restricciones de derechos.
Las sesiones de diciembre se desarrollarán bajo la vigilancia de un aparato estatal que controla cada aspecto de la vida política y social en Cuba. El Parlamento cubano continuará siendo un escenario de validación gubernamental, alejado de los problemas reales que enfrenta la población.
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