El médico cubano Agustín Castellanos murió a los 89 años víctima de la enfermedad de Parkinson y de fibrillación auricular, según informó este miércoles 'El Nuevo Herald'.
La noticia fue comunicada por su esposa María Castellanos, de casi 66 años, quien confirmó que el deceso se produjo el pasado 9 de agosto.
Este profesor de Medicina de la Universidad de Miami (UM) contribuyó a la creación del marcapasos moderno. Hijo del doctor Agustín W. Castellanos, una eminencia internacional en enfermedades coronarias infantiles que fue dos veces nominado para el Premio Nobel, trabajó en la isla de Gorgona, en la costa Pacífica de Colombia; junto a un equipo internacional de científicos.
En aquella ocasión realizaban electrocardiogramas, válidos para el estudio del corazón humano, mediante el disparo de dardos de monitoreo a ballenas jorobadas.
En 2011 se retiró tras recibir honores de la Universidad de Miami, la Asociación Médica Americana y la Asociación Médica Cubana en el Exilio.
"El doctor Castellanos contribuyó de forma inconmensurable al campo de la electrocardiografía y la electrofisiología clínica, y será recordado tanto en EEUU como en otros países por todas sus contribuciones. Era un formidable intelectual que estimulaba a sus colegas y estudiantes para que pensaran de forma creativa", explicó el médico Robert Myerburg, profesor de Medicina y Fisiología de la Escuela de Medicina Miller de la UM.
Este facultativo de la isla se graduó en la Escuela de Medicina de la Universidad de La Habana en 1953, mientras que sus investigaciones se iniciaron cuando se marchó a Estados Unidos en 1960.
El interés por el conocimiento médico se desató con su padre como guía, después que este creara en los años 30 el angiocardiograma, empleado en la actualidad para detectar enfermedades cardíacas.
"No he conocido un mejor maestro que Tino Castellanos. Todos sus alumnos durante sus años en la facultad se beneficiaron enormemente de sus conocimientos y habilidades como maestro", aseguró Myerburg.
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