A casi 60 años de su fundación, el Instituto de Medicina Legal de Cuba estuvo a cargo de procesar e identificar a cada una de las 111 víctimas mortales en el accidente aéreo ocurrido el pasado 18 de mayo en La Habana.
Un amplio reportaje el diario oficialista Juventud Rebelde recoge el trabajo de las principales figuras detrás de esta entidad científica, que integra los conocimientos de las diversas especialidades médicas con la Física y la Química, así como con la legislación nacional.
Se trata de Oscar Amoedo, a quien se le considera Padre de la Estomatología Forense; así como los doctores Francisco Lancis Sánchez, Ignacio Fournier Ruiz y Francisco Ponce Zerquera.
Según recoge el medio, el país cuenta en la actualidad con más de 300 profesionales graduados de Medicina Legal, muchos de ellos con categoría científica y resultados prácticos de alto reconocimiento nacional e internacional.
“Lo más importante es que te permite ayudar a muchas personas. A que sepan de qué murió su familiar, a evitar que alguien sea injustamente condenado, que la víctima de un delito sexual conozca hasta donde llegó el daño que recibió y también que un culpable sea apresado. Llevo aquí 25 años y no creo ir a ningún otro lugar”, dijo al referido medio la doctora Halina Pérez Álvarez.
Máster en Ciencias, Halina es profesora auxiliar de la Universidad de Ciencias Médicas, lo cual le permite cumplir con otra de sus vocaciones: enseñar. Y aunque hoy se desempeña como subdirectora del Instituto no renuncia a sus guardias y consultas, que realiza desde que era residente.
“Es un trabajo duro, sacrificado, difícil… A veces te mueve afectivamente con la familia, porque tienes el conocimiento de alguien que falleció por algo evitable, eso te convierte en alguien más cuidadoso”, señaló la médica legista, quien por estos días apenas ha salido del instituto debido al trágico accidente aéreo.
Para la doctora, “ver hijos llorando, una madre que perdió a su niño, te hace ser más humano”. “Puedes tener un superlaboratorio con equipos de última generación, pero no te sirve de nada si no sabes interpretarlo. El cadáver te dice qué lo mató, si la ropa fue modificada; a veces, de una pequeña muestra sale una pista importante. Hay que estudiar mucho, leer, pero lo más importante es trabajar en la morgue”, relató.
De igual forma piensa el doctor Héctor Soto Izquierdo, máster en Antropología y antropólogo forense, quien aseguró que “siempre que haya una muestra, por pequeña que sea y trabaje con ella, puedo llegar al esclarecimiento del hecho”.
“Si vas a hacer pruebas de ADN lo primero que tienes que conocer son las características del cadáver para orientarte. Hay una primera clasificación relativa al cadáver que se conoce como tetralogía identificativa, que establece edad, sexo, raza y estatura. Por ahí empieza el camino. Luego viene la identificación absoluta, que pone nombre y apellido al cuerpo, ahí entran muchas técnicas”, explicó el experto, quien identificó los restos del Che Guevara en Bolivia.
“El antropólogo, además de tener conocimientos propios de la especialidad, debe tener ciertas habilidades de dibujo, fotografía, todo lo relacionado con las artes visuales, para hacer una reconstrucción escultórica, una superposición cráneo-fotográfica. Se trata de hacer coincidir la anatomía del cráneo con la fotografía del individuo, se buscan puntos de coincidencia. Los rusos hablan de diez puntos, los norteamericanos de puntos de interés, si son cuatro, bien marcados, es suficiente”.
El doctor, que también ayudó en la confirmación de la identidad de los restos de Simón Bolívar en Venezuela, apuntó que la escuela cubana es “un híbrido de las dos tendencias”. “Con que una persona tenga, por ejemplo, una desviación del mentón muy marcada, puede ser información suficiente. También está la Odontología Forense, una pieza dental que falta, un trabajo de prótesis, son muchos detalles que pueden ayudar en el trabajo identificativo”.
“En 1986 trabajé en el conocido como Caso Camargo. Era un sicópata sexual que había estrangulado a 73 mujeres en Ecuador. También colaboré en el esclarecimiento de casos a pedido de otras naciones, que también nos han ayudado”.
El ‘Rubiera’ de la medicina legal
“Los cubanos reclaman al Doctor José Rubiera cuando hay un huracán, porque les da confianza. En estos días del accidente del avión, recibí muchos mensajes de amigos que me decían: qué bueno que estás participando, eso le da tranquilidad a la población”, dijo por su parte el doctor Jorge González Pérez, director de Docencia Médica del Ministerio de Salud Pública.
Para González Pérez, en el Instituto hay mucha gente buena y capaz, “no creo que yo sea imprescindible, como tampoco creo que lo sea Rubiera, es quizá porque somos más conocidos o por la manera de explicar, de comunicar”.
Según explica, en este hecho hay familiares de las víctimas que son extranjeros, “que no me conocían y también han tenido una buena relación conmigo”. “Cuando me reúno con los familiares, lo más importante es la seguridad, la confianza. Es un proceso muy duro, por eso es necesario utilizar la palabra adecuada. Hay que entender que lo que para nosotros es algo habitual, para ellos es un hecho excepcional”, indicó.
“En estos días, cuando llego a hablar con los familiares muchas veces estoy agotado, son muchas horas de trabajo, de esfuerzo. Sin embargo, cuando me dan las gracias, más allá de mi apoyo, me siento respaldado por ellos”.
El Doctor en Ciencias Jorge González es especialista de II grado, Académico de Mérito de la Academia de Ciencias de Cuba y profesor titular, que aunque ahora cumple otras funciones, se siente parte del Instituto, del cual fue director desde 1988 hasta 2001.
“Me siento útil cuando vengo aquí”, aseguró el doctor, quien ha participado en más de 60 hechos de trascendencia para la Medicina Legal, como la Operación Tributo, mediante la cual se trasladaron a Cuba los restos de más de 2.000 cubanos fallecidos en misiones internacionalistas.
De acuerdo con el especialista, la Medicina Legal cubana tiene algunas diferencias con el resto del mundo. En casi todos los países los médicos legistas están asociados a la fiscalía o procuraduría y en otros casos a los tribunales. Los cubanos son lo únicos en el continente que trabajan para el sistema de Salud.
“Los peritos son los que demuestran, analizan las evidencias, que pueden ser humanas o no. Además, vamos al lugar del hecho, realizamos lo que se denomina levantamiento del cadáver. Hay países como Alemania —donde yo estudié— en los que el médico legista espera el cadáver en la morgue. Nosotros, incluso, participamos en experimentos de instrucción y en la reconstrucción de los hechos. Todo eso nos permite hacer un mejor diagnóstico”.
El doctor Víctor Manuel Rodríguez Guevara preside la Sociedad Cubana de Medicina Legal, la cual integran unos 350 especialistas, no solo médicos sino también juristas y otras personas vinculadas con esa labor.
Máster y especialista de II grado en Medicina Legal, Víctor Manuel es jefe de los laboratorios forenses del Instituto, y destaca que, aunque cuentan con las tecnologías necesarias para realizar su labor, no han podido obtener un secuenciador de ácido desoxirribonucleico (ADN).
“Tenemos el personal preparado para realizar las pruebas de paternidad, pero la prueba hay que hacerla en el Centro Nacional de Genética Médica. Esos instrumentos son de procedencia estadounidense, por lo tanto, no hemos encontrado la forma de adquirirlo”, destacó.
Por su parte el doctor Sergio Rabell Piera, director del Instituto, confesó que no puede “decir que el Instituto de Medicina Legal sea un lugar agradable, pero tampoco causa ese temor o rechazo que inevitablemente sentimos los humanos cuando de la muerte se trata”.
Expertos de EE.UU elogian la Medicina Legal en Cuba
Según informó esta semana la estatal ACN, la presidenta electa de la Academia Americana de Ciencias Forenses, Susan Ballou, halagó la labor y el alto nivel de los profesionales cubanos en este caso.
En un encuentro efectuado en el Hotel Nacional con especialistas del Instituto, la también directora del programa de Ciencias Forenses de la Oficina de Normas para la Aplicación de la ley, del Instituto Nacional de Normas y Tecnología reconoció la destreza de los expertos nacionales, evidenciada en la identificación de las víctimas del accidente aéreo ocurrido el 18 de mayo en La Habana.
Asimismo, el detective norteamericano Rodney Englert, en su intervención señaló: “ustedes siempre andan en busca de la verdad y nunca se rinden, es un trabajo muy emocionante”.
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