Cubana explica cómo fuselaje de un avión se convirtió en parte de su casa en La Habana

"Por aquí puede pasar el ciclón que tú quieras".


Una mujer residente en una vivienda que reutilizó fragmentos de un avión que chocó con otra aeronave en La Habana en 1976, relató cómo a su padre, que era trabajador del Aeropuerto Internacional José Martí, se le ocurrió que el fuselaje de una de los aviones siniestrados podía servir para hacer parte de su casa.

"Esto es un DC-8, el primer DC-8 que entró aquí a Cuba, que chocó con 'un patico' (AN-24). El 'patico' no sirvió para nada. Los canadienses inmediatamente vinieron para Cuba, empezaron a desmantelar el DC-8 y a llevarse todo lo que era importante y a dejar el fuselaje, y mi papá, que en aquel momento trabajaba en el aeropuerto, cuando vio que estaban picando les dijo, 'espérense, porque ahí ya tengo yo el cuarto de mi hijo'", explicó la dueña de la vivienda en declaraciones para el canal de TikTok CubaNews.


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La mujer, que relata con orgullo el singular hecho, cuenta que su padre trasladó en un camión las partes de la aeronave, que fue de algún modo trasplantada a un terreno.

La curiosa edificación acabó por llamar la atención de vecinos y viandantes, lo que obligó incluso a intentar tapiar la zona para ahuyentar a los permanentes curiosos. En estos momentos el tren de fuselaje está en el patio y no puede verse desde la calle.

Con el tiempo ampliaron la vivienda, y la parte del avión acabó por quedar convertida en una especie de sala de estar, que se comunica con el resto de la casa. El lugar tiene unos butacones para descansar.

"En el verano es un horno, es vapor puro pero en cuanto se va el sol es el único lugar en el verano en el que se puede estar", observó la dueña del lugar, mientras que otra miembro de la familia aseguró que la estructura resiste muy bien también el paso de los ciclones.

La vivienda y su especial zona anexa están ubicadas detrás del Hospital Psiquiátrico de La Habana, en el municipio Boyeros, conocido popularmente como "Mazorra".

El 18 de marzo de 1976 el avión DC-8-43 (matrícula CU-T1200) chocó en el aire contra un AN-24 (matrícula CU-T829) mientras se encontraba en un vuelo de entrenamiento cerca de La Habana.

El DC-8 pudo aterrizar sin problemas a pesar de haber perdido una parte de un ala y un motor, pero el AN-24 se precipitó a tierra y fallecieron sus cinco tripulantes.

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