La Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM), pregonada a bombo y platillo como el proyecto económico que sacaría a Cuba de la crisis, ha tenido un déficit de inversión de más de 11 millones de dólares en sus primeros cinco años de funcionamiento.
Según Martí Noticias, al término del pasado mes de marzo sólo 35 empresas habían sido aprobadas; de ellas, 10 estaban operando y el resto estaban aún en proceso de inversión.
Esas cifras significan ganancias para Cuba de 1,191.4 millones de dólares, muchos menos que los 12.500 millones planificados al inicio del proyecto, cuyo plan muestra un pobre 9.5 por ciento de cumplimiento.
A pesar de que la Isla reconoce que estos resultados son achacables a problemas internos como la burocracia, la demora en la toma de decisiones, la mala formación de los negociadores cubanos, la falta de celeridad para dar continuidad a las ofertas que hacen las empresas extranjeras y los prejuicios de los ejecutivos cubanos, entre otros factores, muy poco se ha hecho para resolverlos.
Prueba de ello es que en el primer trimestre de este año solo se aprobaron dos proyectos de inversión.
Los expertos señalan que Cuba no supo beneficiarse del interés que se generó en el mundo tras el entendimiento de Raúl Castro con Barack Obama. El retroceso que supuso la llegada al poder de Donald Trump debió haber significado un paso adelante en la descentralización de la economía, pero ha sido todo lo contrario.
Mientras eso sucede en el Puerto del Mariel, en el resto de la Isla la iniciativa privada le ha dado al régimen –en lo que se conoce en norma criolla– una galleta sin manos.
Porque si la ZEDM sólo ha podido crear 4.888 empleos directos en este lustro, el cuentapropismo ha generado 578.421 puestos de trabajos en apenas tres años más, a pesar de todas las trabas.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: