Un hondureño que cruzó la frontera de Estados Unidos con su esposa y su hijo de tres años el mes pasado, se suicidó en un centro de detención en Texas tras ser separado de su familia, según informó la Patrulla Fronteriza.
El hombre sufrió una crisis nerviosa que lo llevó a ahorcarse con una prenda de vestir y fue encontrado por las autoridades en un charco de sangre en el piso de la celda, producto de la caída, con la ropa enrollada en el cuello.
Marco Antonio Muñoz, de 39 años, cruzó el río Bravo con su esposa y su hijo de 3 años a mediados de mayo cerca de Granjeno, Texas, reportó The Washington Post.
Una vez detenidos, Muñoz y su familia pidieron asilo y se les notificó que sería separados, respondiendo campaña de "tolerancia cero" contra la migración ilegal de la administración Trump.
La campaña incluye medidas tales como separar a los padres de sus hijos y la amenaza de enjuiciamiento criminal para cualquier persona que entre ilegalmente en Estados Unidos.
No es la primera vez que un padre o madre tiene una crisis nerviosa o violenta luego de ser separados de sus hijos. Varias ONG están fuertemente en contra de la política de separación de las familias pues alegan que solo traen este tipo de problemas y perjudica seriamente a los niños.
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