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Cuando Alexander Golovin marcó su tiro libre y completó la ‘manita’ de Rusia frente a Arabia Saudita, los libros de la historia mundialista encontraron espacio para uno de los scores más abultados que se han visto desde la edición inaugural de 1930 hasta la fecha.
Cinco goles de diferencia son bastante. Inclusive cabría decir que demasiados. Pero ha habido golpizas superiores, y de esas estaremos hablando en las próximas líneas.
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Nueve dianas separaron a vencedor y vencido en los encuentros Hungría 10-El Salvador 1 (1982), Hungría 9-Sudcorea 0 (1954) y Yugoslavia 9-Zaire 0 (1974).
También tres encuentros han finalizado con ocho goles de distancia entre un equipo y otro, y Cuba tiene el fastidioso privilegio de aparecer en esa relación cuando Suecia le endosó un 8-0 en la única participación nacional en esta clase de certámenes, acontecida en 1938.
Los otros dos partidos con ese mismo resultado son los que le ganaron Uruguay y Alemania, respectivamente, a Bolivia (en 1950) y Arabia Saudita (en 2002).
Mientras, cuatro choques han deparado un 7-0. Las humillaciones se las han infligido Uruguay a Escocia (1954), Turquía a Sudcorea (1954), Polonia a Haití (1974) y Portugal a Corea del Norte (2010).
Seguimos. Nada menos que ocho desafíos han llegado al pitazo final con seis dianas por medio entre uno y otro. A saber: Italia 7-Estados Unidos 1 (1934); Brasil 7-Suecia 1 (1950); Alemania 7-Brasil 1 (2014); Hungría 6-Indias Orientales Holandesas 0 (1938); Alemania Federal 6-México 0 (1978); Argentina 6-Perú 0 (1978); URSS 6-Hungría 0 (1986); y Argentina 6-Serbia y Montenegro 0 (2006).
Así pues, 18 veces se han producido goleadas más grandes que la que Rusia le “regaló” a los saudíes. ¿Habrá alguna mayor en esta Copa? A priori, Uruguay-Arabia Saudita, España-Irán, Alemania-Sudcorea y Bélgica-Panamá podrían deparar scores alarmantes. ¿Qué cree usted?
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