El Mundial que yo veo: A la zurda más que diestro (y viceversa)

Argentina 2- Nigeria 1.

Lionel Messi, tras el triunfo heroico de Argentina. © Reuters.
Lionel Messi, tras el triunfo heroico de Argentina. Foto © Reuters.

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Este artículo es de hace 6 años

Cada cual entiende el fútbol –y el Mundial- como le viene en ganas. Es un derecho que nos asiste a todos. Esta columna sintetiza mis impresiones de cada jornada en la fiesta mayor del deporte más hermoso del mundo.

La jornada

Un penal incomprensiblemente validado por el VAR puso en apuros a Argentina contra Nigeria en el juego de “win or go home”, pero quiso la providencia que se hiciera justicia sobre el campo y, a punto de infartarse Buenos Aires, llegó la salvadora anotación de Marcos Rojo.


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Argentina llegaba a pagar con la moneda de la ingratitud: esto es, a matar a su salvador. Algo así como la fábula del escorpión y la rana. Nigeria había reanimado a Argentina tras vencer a Islandia, y ahora Messi y su gente tenían la misión de eliminarla.

El equipo de Sampaoli mostró desde el comienzo las intenciones que no se le vieron antes: más balones a Messi; más diagonales en busca de la espalda de los defensores; mejor circulación de la pelota. De ahí mismo apareció el primer gol de La Pulga en el Mundial, una obra de arte que requirió recepción y tiro cruzado con pierna derecha.

Sin embargo, la bicampeona del mundo fue otra después de marcar. En lugar de conservar la intensidad y las intenciones, bajó el ritmo y no asestó el tiro de gracia necesario. Y, no bien arrancaba la segunda mitad, el referee apreció un penal extremadamente riguroso que Victor Moses no perdonó.

A partir de ese instante, la Pampa se les hizo muy grande a los gauchos, perdieron el orden en el campo y el caos imperó. Parecía que se iban del torneo, que no le encontrarían respuesta a la ecuación, pero entonces llegó Rojo (otro zurdo) y pintó de mil colores la faena con un derechazo inapelable.

Argentina va a octavos. Francia espera.

El gol

El de Messi fue una salvajada, pero el de Rojo valió un boleto a los octavos.

El equipo

Ninguno me gustó en exceso, pero me quedo con Argentina, porque trató de hacer lo que antes le pareció inservible.

La individualidad

Victor Moses hizo un trabajo heroico, y aun anotó.

El fiasco

Gonzalo Higuaín ha sido, siempre, el gran agujero en la nave de esta generación.

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Michel Contreras

Periodista de CiberCuba especializado en béisbol, fútbol y ajedrez.


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