Es una costumbre. Los problemas del transporte en Cuba, especialmente en su sobrepoblada capital, intentan solucionarse con medidas parciales. Ya perdimos la cuenta de los experimentos impulsados para resolverlos.
El más reciente ensayo, anunciado en la Gaceta Oficial Extraordinaria No. 35 el pasado martes, pretende "ordenar" a través de 23 rutas asociadas a 26 piqueras la transportación de pasajeros que realizan las personas naturales en La Habana, a las que podrán integrarse más de 6.000 titulares de licencia de vehículos particulares de los tipos auto, jeep, panel y microbús, con capacidad de cuatro a catorce personas.
Además de restituir la extensión nacional, provincial y municipal de la licencia de operación de transporte (hoy solo es nacional), las nuevas normas relacionadas con el trabajo por cuenta propia en el sector del transporte dividen el servicio de taxis en ruta, libres y de confort o clásicos.
Según explica Ángel, taxista particular desde hace una década, "si decidimos participar en el experimento tendremos que abrir cuentas bancarias para hacer las transacciones de pago a entidades estatales y podremos adquirir herramientas, partes y piezas en el mercado minorista, con un 20% de descuento.
"Sin embargo, estaremos obligados a consumir un mínimo anual de combustible y adquirirlo por tarjeta magnética. La mayoría de los boteros usamos el petróleo que proviene de las empresas. No nos contenta mucho que nos quieran 'ayudar' con tantos condicionamientos", afirma.
Por otro lado, indica Iván, quien se mueve en el tramo que va de Boyeros a Centro Habana, que "el trabajo por cuenta propia es una práctica universal que depende de dar un buen servicio y tener precios asequibles. Al tener que habilitar una cuenta bancaria tendremos mayor presión fiscal y eso solo entorpece la promoción de empleos y la posibilidad de estar activamente inmersos en el desarrollo económico. Muchos se quedarán sin incentivos y entregarán la licencia o apretarán todavía más con los precios a la población. La cuerda se rompe por el lado más débil".
Al respecto pregunta el chofer Pedro Ramírez, que conduce regularmente de La Habana Vieja al reparto de Alamar: "¿Cómo funcionará una cuenta fiscal para quienes manejamos unos cacharros viejos y en un mes gastamos en arreglarlo casi lo mismo que ingresamos?"
"No debieran medir a todos los transportistas con la misma vara. Aunque ahora surja la figura del arrendador de medios de transporte, a muchos dueños no nos da negocio que otro maneje el carro".
Aunque ahora surja la figura del arrendador de medios de transporte, a muchos dueños no nos da negocio que otro maneje el carro
"La intención de regular la concentración de riqueza desestimula. Nos ponen tantos límites para que no pasemos de ser un complemento del modelo económico estatal cuando lo que debieran es aumentar la competencia", asegura el botero Antonio, que viaja de La Habana Vieja al municipio Playa.
Fuentes oficiales del Ministerio de Transporte (Mitrans) plantean que quienes no deseen participar en el experimento y soliciten acogerse al servicio de taxis libres se regirán por el principio de oferta y demanda e igualmente estarán obligados a consumir un mínimo de combustible, comprado por tarjeta magnética, pero sin rebajas.
"Por muchas modalidades de taxi que existan, el mayor peso lo seguiremos llevando los boteros. La ciudad se mueve gracias a nosotros. La solución no está en imponer mayores impuestos, regular los pagos por tramos (cinco pesos cubanos por pasajero cada ocho kilómetros) o fiscalizarnos el combustible, sino en que se varíe la oferta", agrega Luis Enrique, quien maneja un 'almendrón' de La Víbora al Vedado.
Desde la óptica de María del Carmen Pérez, cliente habitual de los taxis privados, "las tarifas por tramos solo traen complicaciones, una disminución de las opciones reales de transporte y un aumento de los precios. La única manera de hacer que haya más oferta es que funcione el transporte público o porque sea más fácil (económica) la adquisición de vehículos para los cubanos".
"Como los nuevos 'ruteros' tendrán carreras planificadas de acuerdo al combustible que les asignen por mes, se irán para su casa cuando alcancen la cifra a consumir diariamente y seguirá la moda de los boteros de 'picar' los trayectos según los horarios y cobrar a veces el doble. Dividen las rutas como quieren, pero son la mejor alternativa que tenemos", señala el profesor universitario Abel.
Tal como confirma la estudiante Arianna López, "en La Habana no hay quien coja un taxi a las ocho de la mañana o las cinco de la tarde. Incluso mucha gente botea sin tener licencia, ya sea con vehículos estatales o particulares. En el verano la cosa empeora. Los fines de semana es mejor no salir de noche porque no sabes cuándo podrás regresar a tu casa".
En La Habana no hay quien coja un taxi a las ocho de la mañana o las cinco de la tarde. Incluso mucha gente botea sin tener licencia, ya sea con vehículos estatales o particulares. En el verano la cosa empeora. Los fines de semana es mejor no salir de noche porque no sabes cuándo podrás regresar a tu casa
Asimismo, Enrique llama la atención sobre por qué los nuevos servicios de taxi son excluyentes. "¿Por qué los taxis libres no pueden trabajar en las mismas rutas de quienes se acojan al experimento? ¿Por qué no dejar que el pueblo tenga más opciones para decidir cuál taxi tomar?"
Defiende Omar, quien botea del Cerro a La Lisa, que "somos la opción más estable para la población, amén de que la tengan cogida con nosotros y nos vengan encima diez veces más inspectores. Los taxis en ruta son muy inconstantes. Han estudiado mucho este ordenamiento, pero los trabajadores por cuenta propia seguimos desordenados, desamparados".
Otra de las nuevas regulaciones del sector consiste en eliminar la exención del pago de tributos por tres meses al comenzar a ejercer la actividad y aprobar la vigencia de la licencia para transporte de pasajeros y carga para un año (actualmente es de cinco, con renovación anual). El arrendador de medios de transporte la tendrá por un año, y quienes ejerzan los servicios auxiliares y conexos, por tres.
El Mitrans refiere que hay en el país 5.421 licencias de operación de transporte, con 57.182 comprobantes asociados, otorgadas a personas jurídicas, y 57.289 licencias entregadas a personas naturales solo para servicios de transportación de carga y pasajeros.
Al mismo tiempo, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social ha otorgado unas 12.000 licencias para servicios auxiliares y conexos (talleres).
El experimento que comenzará en La Habana en diciembre próximo se extenderá cuatro meses después a Artemisa y Mayabeque, y en La Habana a los medios de transporte con espacio para más de 14 pasajeros. Luego de un año, pasará al resto del país.
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