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Terminadas las acciones en Rusia, los clubes se lanzan a por las piezas más atractivas de la vitrina mundialista, proponen intercambios, e inclusive batallan por hombres que no asistieron a la cita.
Tal es el caso del FC Barcelona, que juega un ajedrez acelerado en el escenario de la Premier.
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El nueve de agosto se cerrará el mercado veraniego inglés, y la entidad catalana tiene allí interés explícito en traspasos y fichajes, con la Operación Willian en el centro de la agenda.
El de la Canarinha no tuvo un Mundial rutilante, pero bastó la faena de lujo consumada ante México en octavos de final para que en el Camp Nou pretendan su conquista, la cual no parece demasiado complicada habida cuenta de que el Chelsea anda más ocupado en retener a Eden Hazard que en evitar la salida del exterior de casi 30 años.
El propio Willian ha comunicado a Stamford Bridge su deseo de recalar en Barcelona, aunque primero será necesario que aparezca un reemplazo del agrado de la directiva del equipo londinense y que, además, los culés accedan a pagar los 70 millones de dólares que pediría Roman Abramovich.
Después de anunciar recientemente las incorporaciones del central francés Clement Lenglet y el centrocampista brasileño Arthur, la escuadra de Ernesto Valverde también se afana por estos días en la adquisición del volante galo Adrien Rabiot, del PSG.
Igualmente trabaja en buscarle salidas a André Gomes, Rafinha, Marlon, Yerry Mina, Aleix Vidal y Douglas.
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